El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó por unanimidad ampliar seis meses más la estadía de los Cascos Azules en el país más pobre de América Latina. Es la fuerza de ocupación que tiene como objetivo garantizar la estabilidad institucional al servicio de las transnacionales y un modelo de explotación de las riquezas naturales haitianas.
Este jueves el Consejo de Seguridad de la ONU resolvió, con el voto unánime de sus 15 miembros, extender por seis meses la presencia de la Misión de las Naciones Unidas en Haití (Minustah). La decisión se tomó a partir de un informe elaborado por el secretario general del organismo, Ban Ki-moon.
El titular de la ONU señaló la necesidad de mantener la misión para afrontar las consecuencias del paso del huracán Matthew por la isla, así como también garantizar la estabilidad del proceso electoral que debió ser suspendido por el fenómeno climático.
La Minustah está actualmente integrada por 2.370 militares y 2.601 policías que se mantendrán, en principio, hasta abril del año próximo.
En el año 2004, tras el golpe de Estado contra el sacerdote Jean-Bertrand Aristide, tropas estadounidenses desembarcaron en el país. Unos pocos meses después, el Consejo de Seguridad resolvió reemplazarlas por una delegación de Cascos Azules. Así nació la Minustah.
Si bien su objetivo inicial era restablecer la estabilidad política en el país, ya lleva 12 años de presencia ininterrumpida y no ha estado exenta de polémicas. Soldados uruguayos que participaron de la Minustah fueron acusados de abuso sexual y posteriormente detenidos. Asimismo, tras el terremoto de 2010, se desató una epidemia de cólera en el país que fue introducida por soldados nepaleses también integrantes de la misión. La propia ONU reconoció recientemente su responsabilidad luego de haberla negado durante años.
«La Minustah es la fuerza de ocupación que tiene como objetivo garantizar la estabilidad institucional al servicio de las transnacionales y un modelo de explotación de las riquezas naturales haitianas», aseguró el periodista Fernando Vicente Prieto . Esta situación también favorece a «las ONG que son las que canalizan los fondos de ayuda supuestamente humanitaria», añadió según consigna la página del canal de TV RT.
Vicente Prieto, columnista de Telesur y Notas – Periodismo Popular, opinó que «Haití está sufriendo las consecuencias de una catástrofe natural, pero mucho más allá de eso, las consecuencias de la opresión y el saqueo imperialista». En ese sentido ejemplificó que «este último huracán causó la muerte de cientos de personas» pero en Cuba, «un territorio que tiene las mismas características, no murió nadie». Para el periodista «lo que es muy diferente es el sistema social de ambos países y los resultados que tiene eso sobre la población».
Por otra parte resaltó que «pasados los primeros efectos del huracán Matthew comienzan a surgir problemas secundarios como la aparición de enfermedades». Se empieza a hablar «de una nueva epidemia de cólera a partir de la situación crítica de agua potable, saneamiento, alimentación y salud». El cólera «era una enfermedad desconocida en Haití» que se desarrolló «con la ocupación de la Minustah», explicó. «El virus lo trajeron los cascos azules y afectó a una cantidad importantísima de la población haitiana», sostuvo.
La ONU, habiendo reconocido su responsabilidad, «lejos de intentar solucionar la situación, mantienen la ocupación militar para garantizar un proceso electoral que pueda dar un resultado afín a los intereses de las transnacionales», analizó.
Más allá de la presencia de soldados de Naciones Unidas, en estos años en Haití se han desarrollado otros mecanismos de solidaridad y ayuda al pueblo de ese país. Desde ALBA Movimientos, un espacio que reúne a movimientos populares de toda América Latina se ha desplegado una brigada de solidaridad en conjunto con la Vía Campesina.
«Creemos que los pueblos tenemos que ejercer la solidaridad internacional desde otras bases», comentó Vicente Prieto quién integra el equipo de comunicación de ALBA Movimientos. Por eso «desde 2009 estamos impulsando una brigada en Haití que se llama Jean-Jacque Dessalines y tiene militantes de Argentina, Brasil y Cuba», añadió.
El periodista contó que los brigadistas «están desarrollando trabajo organizativo y de solidaridad con movimientos principalmente campesinos». Ahora, a partir de esta situación de crisis ocurrida tras el paso del huracán, «la Brigada ha lanzado una convocatoria de solidaridad para poder canalizar la ayuda internacional hacia el pueblo». Porque «justamente muchas ONG e incluso el propio gobierno haitiano lucran con estos mecanismos de ayuda humanitaria que terminan siendo una ayuda para sí mismos y no para el pueblo haitiano», concluyó.