En ese contexto, el presidente de Siria, Bashar al Assad, opina que «Occidente y, en especial, Estados Unidos, no detuvieron la Guerra Fría ni siquiera después del desmembramiento de la Unión Soviética». El rol de Siria en la estrategia militar terrorista de Washington.
La OTAN ha adoptado la táctica de intimidar a Rusia, así lo ha indicado claramente el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, quien durante un evento esta semana en Alemania dijo que en las relaciones entre Moscú y Bruselas la organización militar intergubernamental demostrará «dos cosas: exhibición de poder, es decir, la disuasión, y el diálogo», informa el diario ruso Nezavisimaya Gazeta.
«Al parecer no eran simples palabras, porque además de fortalecer su infraestructura militar cerca de la frontera con Rusia, la OTAN, con la activa participación de EE.UU., está dispuesta a desplegar en Europa nuevas bombas nucleares», señala el periódico.
La semana pasada la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) estadounidense en conjunto con la Fuerza Aérea de ese país ejecutó una prueba de dos modificaciones de la bomba nuclear B61, cuyas nuevas versiones cuentan con sistemas de guiado.
Los expertos señalan que estas bombas serán desplegadas en las bases europeas de la OTAN a partir del 2020, incrementando significativamente el potencial de combate de la Alianza. «EE.UU. trata de mantener el control de la OTAN escalando el mito de una amenaza externa. Al darse cuenta que para la Alianza la lucha contra la organización terrorista Estado Islámico es una tarea muy difícil, han procedido de la manera más fácil: regresar nuevamente al mito de la ‘amenaza rusa'», según un informe del Centro de Análisis Político ruso.
Por su parte el experto en el campo nuclear Hans Kristense, de la Federación de Científicos Estadounidenses, asegura que la NNSA desarrolla bombas nucleares guiadas para armar a los cazabombarderos de quinta generación F-35, aeronaves que está previsto empiecen misiones de patrullaje en las bases de la OTAN de los países bálticos a principios de la década del 2020.
El tiempo de vuelo de los F-35 desde los países del Báltico hasta Moscú y San Petersburgo será de pocos minutos, señala Nezavisimaya Gazeta. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirma que los planes de Washington «tienen carácter abiertamente provocadores y contradicen las afirmaciones de que EE.UU. está empeñado en alcanzar un completo desarme nuclear».
Ante estas circunstancias, Rusia se ve obligada a preparar contramedidas, y una de ellas sería el mejoramiento de los sistemas de defensa antiaérea y de misiles. Aunque también hay otras medidas, destaca el periódico. La semana pasada el Ministerio de Defensa informó que estaba considerando la posibilidad de regresar a Cuba y Vietnam, países donde en el pasado había bases militares soviéticas
«Si es que nuestros cazabombarderos llegan a Cuba, los estadounidenses se van a preocupar. El tiempo de vuelo para nuestros aviones de combate hasta las fronteras de EE.UU. también será pequeño. Entonces ellos propondrán negociar, para disminuir el riesgo en los países bálticos y en el Caribe», señala el experto militar y teniente general Yuri Netkachev. El analista está convencido que dentro de poco llegarán a las fronteras de Rusia aviones norteamericanos con las nuevas bombas nucleares, y «para minimizar en algo este peligro Moscú debe ahora tomar contramedidas, y el regreso de las bases rusas a las cercanías de territorio estadounidense no es mala idea».
En tanto, fue la Casa Blanca quien encargó a la Agencia Central de Inteligencia elaborar propuestas para una operación cibernética «clandestina» de amplio alcance para acosar y «desconcertar» a los líderes del Kremlin.
El gobierno de Barack Obama está contemplando un ataque encubierto cibernético sin precedentes contra Rusia en represalia por la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales norteamericanos, informa NBC News citando a los funcionarios de inteligencia estadounidenses.
Según varios funcionarios y exfuncionarios con conocimiento directo de la situación, la Casa Blanca encargó a la CIA elaborar propuestas para una operación cibernética «clandestina» de amplio alcance para acosar y «desconcertar» a los líderes del Kremlin.
NBC News constata que las fuentes no dieron más detalles sobre qué medidas exactas considera llevar a cabo la CIA, pero señalaron que la agencia ya ha comenzado a «abrir puertas cibernéticas», seleccionar objetivos y concretar otros preparativos para una operación.
El pasado 7 de octubre, el gobierno de EE.UU. acusó formalmente a Rusia de «interferir en el proceso electoral del país», afirmando que la inteligencia norteamericana «está segura» de que Rusia se encuentra detrás de los recientes ciberataques contra las cuentas de correo electrónico de algunos trabajadores públicos y organizaciones estadounidenses.
Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia de Rusia, tachó estas acusaciones de «tontería». «El sitio web del presidente de Rusia es atacado por decenas de miles de ‘hackers’ diariamente. Muchos de estos ataques se originan en territorio estadounidense. Pero nosotros no culpamos de ello a la Casa Blanca o a Langley (sede de la CIA)», declaró.
Por su parte, el vicecanciller ruso Serguéi Riabkov se refirió a este tema señalando que nunca existieron pruebas sobre lo señalado por la inteligencia estadounidense e incluso remarcó que podría ser «inventado bajo solicitud específica de Washington, con el fin de incitar la histeria antirrusa, que ha alcanzado límites sin precedentes».
En ese contexto el presidente sirio Al Assad dijo: «El olor a Tercera Guerra Mundial se nota en el aire». Opina que la situación actual en el mundo es similar a la de «una guerra fría en evolución», ya que «Occidente y, en especial, Estados Unidos, no detuvieron la Guerra Fría ni siquiera después del desmembramiento de la Unión Soviética».
El líder sirio ha agregado en una entrevista con el rotativo Komsomólskaya Pravda que «Siria es uno de los escenarios más importantes» en esta guerra. Una guerra que, según Assad, tiene como objetivo principal «preservar la hegemonía estadounidense en el mundo, no permitir que aparezcan socios en la arena política o internacional, ya sea Rusia o sus aliados en Occidente».
El jefe de Estado sirio ha remarcado en este contexto que «en el aire se nota el olor a una guerra que usted (la entrevistadora) describe como la Tercera Guerra Mundial, pero todavía no es un enfrentamiento militar directo».
El mandatario ha tachado de «crucial» el control de Siria, ya que este país «ha sido una fuente de la dinámica geopolítica en Oriente Medio durante siglos». «Siria tiene una posición ventajosa en el Mediterráneo y aquí se encuentra una línea divisoria entre diferentes culturas. Por eso el control de Siria es importante para el control de toda la región», ha explicado Assad.
«Siria es un país independiente y Occidente nunca aceptará la independencia de ningún país, ya sea la pequeña Siria o la gran Rusia», ha añadido. Assad ha recalcado también que para Occidente, que «busca el consentimiento constante», es problemático el hecho de que Rusia, igual que Siria, «proteja su derecho a decir ‘sí’ o ‘no'».
«Al observar la antigua cooperación entre Rusia y Siria, Occidente apuesta por que la destrucción de Siria tenga también un impacto negativo en Rusia», ha precisado.
En cuanto a las causas de las tensas relaciones entre Moscú y Washington, el presidente ha señalado que la situación es «natural» y que se explica porque «los dos países hablan de cosas diferentes. Son «diferentes ideologías, diferentes enfoques», ha afirmado.
«Rusia quiere luchar contra el terrorismo no solo por Siria y no solo por la propia Rusia. Lucha para toda la región, para toda Europa y para el mundo entero. Los rusos entienden que el terrorismo ha ido creciendo constantemente, mientras que los estadounidenses desde la guerra en Afganistán en los años ochenta hasta la actualidad creen que el terrorismo es un instrumento al que siempre se puede recurrir», ha aclarado Assad.
«Hay expertos de guerra rusos que viven aquí desde hace décadas. En 2014 se dieron cuenta de que el equilibrio cambió a favor de los terroristas apoyados por Occidente y otros países, Arabia Saudita, Turquía y Catar. Por lo tanto, los rusos estaban preparados para una intervención directa. Y les invitamos. Confiamos en Rusia y en su política», ha constatado el líder sirio y ha agregado que la ayuda de Rusia en la lucha contra el terrorismo «cambió de manera clave el equilibrio de poder”.
El dirigente se ha mostrado partidario del enfoque ruso. «La política de los rusos se basa en la moral, no solo en los intereses. Sabemos que nos apoyan para destruir el terrorismo, y no porque quieran algo a cambio».
El líder sirio ha subrayado que para resolver el conflicto sirio es importante determinar quién apoya a los terroristas en el país. «No importa quién está interviniendo en los asuntos de Siria ahora, lo más importante es quién apoya a los terroristas cada día y cada hora», ha dicho el presidente, destacando, entre otros países, el rol de Rusia, que es un aliado fiel de Siria y cuyo operativo antiterrorista en el país árabe «tiene una base legal». «Sin embargo, hay otros países que intervienen con el objetivo de apoyar a los terroristas», ha remarcado Assad.