Al interior de la central de Azopardo y entre las dos CTA y aquella, las diferencias se pusieron al desnudo. Algunas voces gremiales alertan sobre lo raro que suena que los medios concentrados reclamen a la dirección sindical una huelga general. Otras, respecto de la intervención del Papa Francisco. Incluso, hasta aparecen algunas que aluden a la falta de consenso entre los trabajadores sindicalizados para ir a la huelga.
“El paro no está descartado, pero se han encauzado parte de los reclamos. Falta ahora lo sustantivo que es este dialogo con privados”, dijo el integrante del triunvirato cegetista Juan Carlos Schmid al salir del encuentro con funcionarios del gobierno nacional. Otro de los integrantes de esa conducción tripartita, Héctor Daer, también destacó el encuentro “consensos”. “Fueron cuatro horas de reunión con el ministro de Trabajo y hemos abordado los temas que habíamos propuesto y generado consenso en algunos de esos temas que serán anunciados en la Casa Rosada, respecto a los jubilados, la asignación universal por hijo y el tema Ganancias”, anunció Daer tras el encuentro en la sede del gremio de la Sanidad, según consignó Info Gremiales
Además el sindicalista destacó como principal logro la convocatoria para el próximo miércoles a “sectores empresariales” a los efectos de “abordar una suma para el sector privado” porque -según dijo- “el sector público ya está avanzando en esas negociaciones” para un bono de fin de año.
La reunión de la CGT con los funcionarios se extendió por cuatro horas. Los jefes sindicales postergaron cualquier medida de fuerza hasta la Mesa de la Producción, que se realizará la semana que viene. Quieren extender el bono a estatales y privados.
Pero para Pablo Moyano el anuncio del gobierno es “vergonzoso”. El camionero volvió a exponer sus diferencias con el triunvirato, lo que llevó a medios como Info Gremiales a preguntarse si el hijo de Hugo Moyano está dispuesto a romper con la CGT.
En esa línea, las especulaciones que vienen haciéndose entre fuentes del movimiento obrero organizado son varias: por un lado que las palabras de Moyano hijo podrían ir más dirigidas hacia afuera de la CGT, como para contrarrestar lo que se supone una probable operación del gobierno, y apoyada por los medios de comunicación que lo sostienen, entre ellos incluso algunos que cacarean oposición, como el canal C5N, y tendiente justamente a dividir nuevamente a la central obrera; y por el otro que el congelamiento de la medida de fuerza obedecería a dos motivos cruzados: una gestión del Papa en ese sentido y la lectura que hacen las organizaciones obreras del pulso entre sus masas de afiliados, en la cual la idea de una huelga general no estaría prendiendo, más allá de los sobrados motivos objetivos que la justifican.
“El desempleo subió de 6,6 a 9,3 por ciento entre el segundo trimestre de 2015 e igual período de 2016. La redistribución regresiva del ingreso en base al deterioro del mundo del trabajo que se verificó este año excede largamente la discusión por el bono de fin de año o por la exención del Impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo de diciembre que ofreció el Gobierno a la CGT como moneda de cambio para desactivar el paro general. Los indicadores oficiales muestran que durante la gestión de Cambiemos se destruyeron 134 mil puestos de trabajo y que el salario real se redujo alrededor de un 10 por ciento, números que empeoran en el terreno de los trabajadores no registrados. El esquema económico de reducción prioritaria de la inflación con apertura comercial y de capitales define un escenario difícil para los trabajadores. Los últimos datos del Indec señalaron que la desocupación trepó del 6,6 al 9,3 por ciento entre el segundo trimestre de 2015 y 2016. La precisión de esos datos fue puesta en cuestión por analistas, no así la tendencia, que fue de caída del nivel de empleo. La propia Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo dio cuenta de una caída del empleo registrado que roza el 1 por ciento desde diciembre, lo que equivale, según los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), a una destrucción de 134 mil puestos formales. También el Indec registró que el índice de obreros ocupados en la industria manufacturera cayó 1,7 por ciento en el segundo trimestre en la comparación interanual y que la cantidad de horas trabajadas lo hizo en un 1,6 por ciento, lo que supone, en ambos casos, un deterioro del desempeño en relación al primer trimestre. La Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del PRO, calculó que el desempleo porteño saltó a 10,5 por ciento al cierre del primer semestre, cuando era de 6,8 por ciento en diciembre pasado y de 8,6 a mitad de 2015. En la Capital se perdieron 60.553 puestos en el primer semestre. Según el Indec, en Gran Rosario el desempleo subió en el segundo trimestre de 8,3 a 11,7 por ciento; en San Nicolás-Villa Constitución, de 6,9 a 8,4 por ciento y en el aglomerado Gran Córdoba, de 10,2 a 11,5 por ciento”, consideró hoy el diario Página 12.
Ese mismo medio consignó que la consultora privada Tendencias Económicas calculó que en lo que va del año hubo 171.801 despidos, 7,9 veces el número de 2015 y que las suspensiones llegaron a 106.848 trabajadores, una suba del 89 por ciento. Por su parte, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) considera que desde que asumió el macrismo los despidos y suspensiones acumulados llegan a 208 mil. 137.483 casos corresponden al sector privado y 70.597 a trabajadores del Estado. Y que, en su último informe, Adimra, la entidad que agrupa a las cámaras de la industria metalúrgica, publicó números que reflejan una reducción del empleo del 2,8 por ciento en el acumulado del año en ese sector. De los empresarios encuestados por la entidad, una cuarta parte indicó que espera una caída de la plantilla de personal en el corto plazo. En el sector de la construcción, el Indec calculó una baja del 15,5 por ciento del empleo registrado en julio de forma interanual. En tanto, ATE sostiene que en lo que va del año fueron despedidos 11 mil trabajadores del Estado nacional y 50 mil en las provincias y municipios de todo el país.
En los últimos días se conocieron varias noticias sobre el tema. La empresa alemana Mercedes Benz anunció el despido de 500 trabajadores de su planta en La Matanza y la multinacional argentina Arcor adelantó vacaciones a 400 trabajadores en Córdoba. Los trabajadores de Buquebus denunciaron el plan patronal para echar a 70 trabajadores este mes, mientras que la empresa chilena Bimbo despidió a 100 trabajadores de su planta de Pilar. La textil TN Platex resolvió cerrar a fin de mes su planta de la ciudad chaqueña de Puerto Tirol, con lo que dejará a 166 trabajadores sin empleo, mientras que la empresa Top, que fabrica pantalones para la marca internacional Levi´s, anunció el cierre que deja sin trabajo a 92 personas en la ciudad de San Juan. Además, 70 trabajadores fueron despedidos de SAS, una tercerizada de Telefónica.
“La otra dimensión del deterioro laboral es el salario real. El Indec calculó que el aumento de salarios industriales en el segundo trimestre es del 30,9 por ciento, frente a la inflación del período del 45 por ciento. En tanto, el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) que depende de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) registra una caída del salario real del 6 por ciento en julio respecto a noviembre de 2015. La caída del empleo, junto a la baja del salario real, equivale a la retracción de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional, a favor de la ganancia y de la renta de los sectores mejor posicionados”, añadió Página 12.
Por su parte, los gremios midieron una inflación anual del 40,1%. La inflación, medida por los gremios, registró en septiembre un aumento del 1,4%, mientras que la interanual percibió un incremento del 40,1 %. Además la suba de precios para los sectores de menores ingresos llegó al 44,2%.
El Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) presentó su propio índice de inflación que para septiembre arrojó un incremento del 1,4%, en una conferencia realizada en la sede de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) con la asistencia de secretarios generales de diversos gremios.
Los hogares con menores ingresos son los que más han sufrido el impacto de la inflación en los últimos doce meses, por las mayores subas relativas en servicios públicos y alimentos, con un encarecimiento promedio del 44,2%. El poder adquisitivo de los trabajadores se redujo un 6 por ciento respecto de noviembre de 2015, cuando comenzó el relevamiento para la comparación entre precios y salarios por parte de más de cuarenta gremios cegetistas. El indicador se dio a conocer esta tarde en la sede de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), un día antes de que se difunda el Indice de Precios al Consumidor (IPC) que publica el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
Después de la reunión de ayer entre la CGT y el gobierno, se confirmó que éste dará en diciembre un bono de mil pesos para jubilados que cobren la mínima o que reciban hasta 6.661 pesos mensuales. También lo recibirán los beneficiarios de la AUH, a razón de mil pesos por hogar. Los funcionarios se ocuparon de aclarar que la medida involucra a siete millones de personas.
También habrá una eximición del Impuesto a las Ganancias para los que cobren hasta 15 mil pesos de aguinaldo. Los que ganen hasta 55 mil pesos en bruto de sueldo tributarán ganancias sólo a partir del excedente de los 15 mil pesos de aguinaldo. Según el cálculo del oficialismo, esta medida llegará a un millón 200 mil trabajadores. No detallaron si la quita será automática o si deberá ser tramitada por cada contribuyente, como las anteriores.
Tras un in crescendo en los discursos sindicales en la última semana, la conducción de la CGT salió ayer a poner paños fríos y a asegurar que no habrá paro por el momento. La decisión fue esperar hasta el miércoles próximo, cuando se lanzará la Mesa para la Producción que anunció Macri y en la que el Presidente intenta que se discutan las indemnizaciones por despido, los juicios por accidentes de trabajo, el ausentismo y la productividad. Los sindicalistas aseguraron que en ese encuentro con empresarios buscarán que se amplíe el bono al sector privado. Desde la UIA, ya advirtieron que las empresas no están en condiciones de pagarlo. Una versión indicaba que fue la Iglesia la que intervino para postergar la decisión de un paro por parte de los sindicalistas.
La de Moyano no fue la única voz crítica de la CGT. Desde el consejo directivo de la central obrera, Víctor Santa María calificó como “insuficiente” el anuncio oficial: “Hemos tenido una política de diálogo, tratando de reabrir las paritarias. Pero nos quedamos cortos con la respuesta del Gobierno, no es lo que esperaba la mayoría de la CGT”, dijo el titular del PJ porteño. Y Rodolfo Daer se diferenció de su hermano. “Desde el 10 de diciembre todos somos más pobres. Reivindicamos el diálogo como mecanismo para encontrar soluciones adecuadas, pero los trabajadores no pueden seguir esperando”, sostuvo.
El rechazo se extendió a los dos sectores de la Central de Trabajadores de la Argentina. “El ofrecimiento del Gobierno es una burla para los trabajadores”, alertó Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Trabajadores. “Aceptar esas migajas, esas míseras migajas, sería darles la espalda a los cientos de miles de familias en las que hoy falta la comida para llegar a fin de mes. Vamos a responder poniendo en la calle la dignidad de los que no aceptamos migajas, convocando a la lucha en unidad con todos aquellos dispuestos a defender a los trabajadores.” Para Yasky, “la supuesta ayuda del Gobierno es homeopática, es tan sólo una pequeña grajea en un balde de necesidades”. Y el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, compartió la urgencia de realizar una huelga: “Si es por nosotros, vamos al paro. Vamos a tratar de hablar con la otra CTA y los otros sindicatos”, dijo. Micheli evaluó que “mil pesos para jubilados y mil pesos para los beneficiarios de planes por única vez a fin de año no resuelve las necesidades de la gente, que está agobiada por los impuestos y por salarios bajos”.
Las aguas bajan turbias, tanto que desde el riñón mismo de los gremios más combativos, que insisten en la necesidad de desmontar la antigua lógica de la burocracia sindical, hay voces que alertan con autocrítica: qué credibilidad podemos tener si algunos de los dirigentes más encumbrados de nuestro espacio viven en mansiones de barrios privados, como el Abril, se preguntan. “Es desde ahí que la patronal, el gobierno y el aparato mediático concentrado nos apunta”, reconoció un dirigente de ese sector