“La Prensa, como los hombres, como las instituciones, como los gobiernos y aún como los pueblos, orienta su conducta según sus ideales o según sus intereses. Sostengo firmemente, con la plenitud absoluta de mi convicción, que los ideales deben estar por encima de los intereses, y esta norma ética no puede ser violada ni por los hombres, ni por la prensa, ni por los gobiernos, ni por los pueblos, sin grave perjuicio para la justicia y para la libertad que sostienen como pedestales la dignidad del hombre y la dignidad de los pueblos”.
En el día del periodista, no podemos dejar de vincular esta profunda reflexión de Juan Domingo Perón con el actual escenario nacional, donde por voluntad política del gobierno de Macri el país avanza por la senda de una feroz concentración mediática.
Además debemos estar atentos a las medidas que se están tomando respecto al periodismo: los debates en torno a los distintos protocolos antiprotesta que pretenden llevar a cabo, buscan limitar, entre otras cosas, el trabajo periodístico y la libertad de expresión, lo mismo que ocurre con el proyecto de blanqueo de capitales, que no sólo los obligan a ocultar la información sino que además pretenden sancionarlos.
Quienes privilegian los intereses, pagan hoy los favores de este infausto gobierno con el blindaje mediático. A la autoritaria decisión de derogar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, debatida por el pueblo primero y votada por sus representantes después, le suceden inexorablemente los jugosos negocios de los dueños de todas las cosas. Esos que buscan, desde la noche de los tiempos, que el pueblo no tenga historia, héroes ni mártires, pero fundamentalmente que no tenga voz.