Por José Luis Ponsico / Hace 40 años Lanús se iba a la B y enseguida a la C. Un club, buena dirigencia, renovada en ciclos, crecimiento institucional, glorias granates y una populosa ciudad cercana al medio millón de habitantes.
Los «duendes» del´56, «Los Globetroters», eximios basquetbolistas del Harlem, en aquella gira por Argentina. El «granate» con cinco en la selección hace medio siglo: Benito Cejas, Dante Lugo, Héctor Guidi, José Nazionale y Nicolás Daponte.
Subcampeones. Una sentida derrota con River, en la vieja Fortaleza, tribunas de madera, en la primavera del ´56, los dejó sin título. Lanús, River y Racing apenas separados por un punto. Primer tiempo, Lanús uno a cero.
River esa tarde no tenía a Amadeo Carrizo, lesionado; Néstor Rossi «amenazado de muerte» si iba a Lanús, tras haber lesionado seriamente al «crack» Benito Cejas en la primera rueda, en el Monumental. Cero a cero. Fractura de tibia y peroné. Tampoco estuvieron Enrique Omar Sívori, suspendido, Norberto Menéndez y Eliseo Prado. Con cinco suplentes, River dio vuelta el partido en la segunda etapa.
Con goles de Angel Labruna y Félix Loustau. El goleador 37 años y el puntero 32 años. Un suplente de lujo, José María Sánchez, ex Banfield, luego en el fútbol español. Autor del empate desde 25 metros. La hinchada «granate» enfureció.
Ahora, tradición aquella de la cultura por abajo, saliendo desde el arco con Monetti, ponderado por Hugo Gatti en España; laterales a la antigua «tradición brasileña», resortes, van por las bandas, José Luis Gómez, cuyo pase pertenece a Racing y el zurdo Maximiliano Velázquez, con «mil batallas»
Medio campo, marca y juego. Iván Marcone, ex Arsenal, campeón hace cuatro años; quite, salida rápida; Román Martínez, cerebral, gambeta corta y buen pase; recuperado Lautaro Acosta, fugaz paso por Boca; dos promesas, Oscar «Júnior» Benítez y paraguayito Miguel Almirón, zurdo, encarador. Dos joyas.
Un capítulo para José Sand, virtualmente «desahuciado» luego de su fracaso en Racing, donde hasta llegó a malograr dos penales en un mismo partido, tuvo ciclos sin suceso en Tigre y Boca Unidos. Repuntó en Aldosivi, 14 goles.
Almirón que no lo había pedido «diseñó» un juego de ataque propicio para el correntino «Pepe» Sand: Lanús sale jugando corto por el medio, el juego deriva hacia los costados. El 9 pivotea y va al área. Llegan los aviones por afuera.
Hoy, el tercero, goleador del torneo con 15 goles y figura de Lanús y certamen con 35 años. Resurrección. Está entre los tres mayores goleadores de River en inferiores y ahora de Lanús, en Primera. Hace rato pasó el club de los cien.
El DT «declaró» su admiración por Ricardo La Volpe. Un valiente. El ex «1» de Banfield, San Lorenzo y la selección, de reconocida trayectoria en México, no pudo «ser toro en su rodeo». Ahora, Almirón dice ser un discípulo.
Independiente no lo esperó. Prefirió pagar indemnizaciones a cuatro técnicos anteriores y salir a buscar a un sucesor. Ahora, son dos. Ya pasó Mauricio Pellegrino y llega Gabriel Milito.
En tanto Lanús, que vivió hace 40 años su peor momento con dos descensos casi en seguidilla y se recuperó en los´80 con una deuda de cuatro millones de dólares en plena dictadura militar, vive su momento de gloria.
Antes, «construyó» en su cancha, «paredes» hace medio siglo. Llegó al «granate» Martín Pando, 32 años. Estaban el talentoso Angel Manuel Silva y el veloz, punzante, paraguayo -un guaraní siempre es figura en el <grana<- Bernardo Acosta. Hubo goleadas inolvidables en los´60.
Entre 1967/68, Lanús convirtió siete a Quilmes y a Atlanta, cinco a Argentinos Jrs. Cuatro a Estudiantes de la Plata, campeón de América. Con buena defensa, allí se destacó Osvaldo Piazza y juego atildado. Pando llegó libre de River.
No fue campeón, pero el «8» decía: «Se jugaba por abajo, toques cortos y los albañiles, arriba, hacían estragos, sin olvidar al zurdo Juan José De Mario». Atrás, poco antes había descollado Osvaldo Piazza.
Hace casi nueve años, otra camada brindó una clase de fútbol bajo la batuta del gallego Ramón Cabrero, nacido en La Coruña en el´50, creciendo en Avellaneda y jugador, lujoso de Lanús en los´60. Luego Ñuls y Atlético de Madrid.
El recuerdo alcanza a «Chiquito» Bossio, el «1», Paolo Gotz y Mauricio Romero en la defensa. Por afuera Araujo y Maxi Velázquez. Medio Pelletieri y Fritzler. Tres cuartos, Diego Valeri, Lautaro Acosta y Sebastián Blanco. Arriba, implacable «Pepe» Sand.
Hoy, un estadio con gente emocionada y millones mirando por tevé, una paliza a San Lorenzo en el Monumental de River. La cultura del buen juego. Las imágenes de «Pepe» Nazionale, fallecido, fundador de “la Escuela”, estaba omnipresente. Será Justicia.