“Los estadounidenses son rivales de China en materia de energía nuclear. Los asiáticos buscan hacer pie en el continente y por eso quieren bajar al país también en el área de represas hidroeléctricas, otro proyecto que el presidente amagó detener”. Eso no lo afirma un medio pro chino ni uno anti Estados Unidos, sino el portal La Política On Line, en un artículo de sumo interés que pasamos a citar.
“Mientras fuentes del sector energético especulan sobre el lobby americano en el desarrollo nuclear argentino, el gobierno nacional derriba a un buque chino en las aguas costeras de Chubut. No son hechos aislados, y en las relaciones diplomáticas no pasan desapercibidos. Beijing le expresó a Susana Malcorra ‘gran preocupación’ por el episodio y le exigió que tome medidas para prevenir nuevos incidentes. Hay más piezas que se acomodan solas en el rompecabezas. Barack Obama no viene de vacaciones a la Argentina. Volará justamente a Río Negro para conocer la planta del Invap, empresa de tecnología aplicada centrada fundamentalmente en las áreas nuclear, espacial y de defensa”, sostiene el medio mencionado.
Argentina tiene tres centrales en funcionamiento, Atucha I, la central de Embalse, Atucha II y la cuarta que viene en camino, a construirse en el complejo nuclear de Lima, de Zárate. Una comparación para tomar dimensiones del caso: Estados Unidos es potencia mundial con 104 centrales; China tiene 26 centrales funcionando; mientras Francia sorprende con su chico territorio y población con relación a las 58 centrales que tiene.
“’La llegada de los chinos le está generando urticarias al capitalismo amigo del presidente’, declaró una fuente del sector, que conoce el paño desde la primera construcción de Atucha. ‘Están con los pelos erizados, pero sería una tontería decirle no a los chinos’, agregó”, destaca La Política On Line.
“Ellos por sí mismos no van a querer huir, porque saben además que se van a encontrar con una capacidad técnica formidable. Pero sí habrá apretones, de parte de ellos, y lobby de empresas americanas”, siguió el experto en energía nuclear.
Por lo pronto, Gadano anunció que el Gobierno no avanzará en la obra de Atucha III y se defendió de los futuros despidos en las centrales de Zárate. En el medio está la empresa Nucleoeléctrica S. A, que opera sobre las centrales y esta semana cambió a sus autoridades.
En rigor, el acuerdo con China está verde y se trata en principio de un entendimiento marco. Faltan detalles de costos, inversión, tasas, bancos, qué tipo de tecnología se utilizaría, si será de uno o dos módulos, y cuáles son las condiciones chinas para financiar el proyecto.
“’Hay una oferta china, con un financiamiento conveniente. Es posible siempre y cuando sea de uranio natural y agua pesada’, explicó a Agustín Arbor González, titular de la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear. ‘Esto es beneficioso porque absorbe a una planta productora de agua pesada, en Neuquén, y también tenés asegurada la participación de industriales argentinos nucleados en Adimra, que aportarían componentes de industria nacional’”, siguió González, continúa el sitio citado.
Sin embargo, el titular del gremio de trabajadores nucleares advirtió que “los chinos estarían condicionando la inversión de esta cuarta central a la construcción de una quinta central, esta sí con tecnología puramente china de uranio enriquecido”.
Macri, escéptico, pidió rever el proyecto y cerró toda posibilidad de avanzar este año. Es más, Gadano detalló que está el decreto de expropiación del terreno donde se construiría la central, pero aún no fue comprado ni está la plata para hacerlo. La empresa Nucleoeléctrica ni siquiera tiene solicitada la licencia de construcción. Mientras tanto, sobrevuela también incertidumbre sobre cuál será el destino de Atucha I, que está llegando a su fin de vida útil, según explicaron fuentes del sector. Juan José Aranguren estudia si le va a mantener o la van a desmantelar, para funciones de investigación. Cabe recordar que Estados Unidos ya había presionado a la Argentina en la era menemista para dar de baja el sistema balístico denominado Cóndor. La desactivación de este proyecto, de hecho, fue uno de los gestos que terminaron por consolidar la relación del ex presidente con el país del norte, en marco de las relaciones carnales. Otro dato relevante fue el revuelo que causó el año pasado cuando se conoció la colaboración argentina en el desarrollo del plan nuclear iraní”, concluyó La Política On Line, y subraya: “el freno del proyecto de Atucha III provocará a fines de marzo la rescisión de por lo menos 600 contratos de trabajadores de la central, confirmaron fuentes del Ministerio de Energía. Pero serían en total cerca de 2 mil quinientos despidos, entre operarios que trabajan también en obras conveniadas con el municipio de Zárate”.