Los líderes de los 28 países alcanzaron con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, un acuerdo «unánime» que les permitirá deportar hacia ese país a los migrantes que lleguen a Grecia a partir del domingo. El pacto incluye una asistencia financiera por 3 mil millones de euros y un polémico punto: por cada refugiado sirio reenviado hacia Turquía, Europa aceptará a uno de los 2,7 millones de migrantes que se encuentran en Turquía. La ONU advirtió sobre el posible riesgo de expulsiones colectivas.
Con este acuerdo, Grecia empezará a devolver a los migrantes a Turquía. Más de un millón de migrantes llegaron a Europa desde enero de 2015, provocando la peor crisis migratoria en Europa desde 1945. En lo que va del año llegaron más de 150.000 migrantes.
Según la versión revisada del acuerdo, cuya copia obtuvo la AFP, queda explícito que la expulsión de migrantes se hará acorde a la legislación internacional y europea. Se agregó que «se debía respetar el principio de no-devolución y que no podía haber expulsiones colectivas», el análisis de los casos será individual.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, fue crítico al respecto. Consideró que «construir muros, discriminar gente o expulsarlos no es una respuesta al problema».
En tanto, la preocupación de Turquía era la lentitud en el desembolso de la ayuda financiera. Se pusieron de acuerdo para acelerarlo y para identificar en una semana los proyectos concretos a financiar. Aceptaron asimismo una ayuda adicional de 3 mil millones de euros.