Uno de los principales ejes de campaña de Julio Garro fue la “profesionalización” de los Centros de Salud barriales. Sin embargo, detrás de esta promesa se esconde la intensión de achicar los servicios que presta el Estado, principalmente en los sectores más humildes de la sociedad.
Ya es notoria la ausencia de los profesionales que trabajan en las salitas, que genera que no se brinde atención de especialidades médicas. También el faltante de insumos que dificulta la normal atención. A esto debemos sumar que muchos de los programas que eran sostén de las mismas hayan dejado de funcionar.
Según publica Diario Contexto, el salario básico de los empleados municipales ronda los $3.000 mensuales, en un contexto de devaluación y escalada de precios, y no cuentan con obra social. Mientras que el salario básico fijado para enfermería es de $8.000.
En los últimos días se han sumado numerosos reclamos que dan cuenta del vaciamiento de insumos y de recursos humanos en el Primer Nivel de Atención. Según denuncian vecinos, desde diciembre ya no se dispensan vacunas. En algunos casos les piden comprar dosis en las farmacias. Pero, lo que es aun peor, en muchas salitas no está funcionando siquiera el servicio de enfermería, por lo que tampoco hay quien las aplique.
La situación es tan precaria que, según comentarios de sus trabajadores, muchos Centros de Atención Primaria se están sosteniendo a través de donaciones de los propios pacientes o profesionales.
Por si faltara algo, las políticas públicas nacionales dirigidas a fortalecer el Primer Nivel de Atención están siendo recortadas o bien directamente discontinuadas. Ya ha dejado de brindarse el Programa de Salud Sexual, fundamental para abordar una política de procreación responsable.
Situación similar sucede con el PROSANE, destinado a niños en edad escolar, y el programa de Salud Mental. Por estos días, no se encuentra garantizada la continuidad del Programa de Médicos Comunitarios, que en el presupuesto 2015 implicó un desembolso de Nación por ocho millones de pesos, y que dota de recursos humanos a los municipios.
Lo mismo pasa con el programa municipal “Mamá y Bebes Sanos”, que en 2011 fue premiado por la Organización Mundial de la Salud y que brindaba atención personalizada a mujeres gestantes, con el fin de reducir la mortalidad materna en el municipio. No es menor que este programa no se esté ejecutando, cuando la ciudad es uno de los municipios con mayor mortalidad materna.
La atención primaria es fundamental para la prevención y el cuidado de la salud de la ciudadanía. Permite a los vecinos el primer contacto con el sistema de salud y posibilita la descompresión de los hospitales. El achicamiento del servicio pone en riesgo la salud de los vecinos, principalmente en los barrios más alejados del casco urbano.