Con topadoras y una gran cantidad de policías, el ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, llevó a cabo el desalojo del predio ubicado entre la ruta 1003 y la calle Medina, en la localidad de Libertad, partido de Merlo, al que sus ocupantes habían bautizado barrio “Nueva Esperanza”.
El operativo comenzó cerca de las 6 de la mañana con más de 1.200 efectivos de la Bonaerense, pese a que el Juzgado de Garantías Nº 4 había firmado una resolución en la que exhortaba a las autoridades a suspender cualquier intento de desalojo por el plazo de 180 días y “convocar mesas de gestión” para solucionar el problema, decisión que el propio tribunal luego decidió anular.
Más tarde intervino el fiscal Fernando Capello, quien ordenó detener del procedimiento y pidió a los vecinos que permanecieran en sus casas para ser censados, pero las topadoras ya habían arrasado con todo.
En estos terrenos, que estaban ocupados desde hacía más de cuatro meses por unas 3.000 familias, el pasado fin de semana murió un niño de 8 años y otras tres personas resultaron heridas en medio de un tiroteo entre dos bandas rivales.
“Entendemos que somos el chivo expiatorio de una situación tremenda como fue la muerte de Oscarcito, que es culpa de los narcotraficantes y no de la toma donde hay familias reclamando hace cuatro meses el derecho a la vivienda”, dijo Anahí Benítez, una de las vecinas desalojadas.
Otros vecinos denunciaron violencia por parte de la policía y aseguraron que no tuvieron “ningún tipo de contención social”.
“Ni siquiera pudimos retirar nuestras pertenencias, como camas, heladeras y colchones”, sostuvo uno de los desalojados que se identificó como Alonso.