Las Madres de Plaza de Mayo llamaron hoy a estar alerta frente a las posibles intenciones del presidente Mauricio Macri de prohibir la marcha por los 40 años del golpe genocida de 1976, que se realizará el próximo 24 de marzo.
Fue tras la confirmación de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitará la Argentina justo en el Día de la Memoria, y que Macri le reconocerá “sus contribuciones a la defensa de los derechos humanos en la región”, según indicaron desde la Casa Rosada.
“Macri lo invitó el 24 de marzo para no dejar hacer la marcha. No es cualquier día. Y viene a ver cómo cumple con lo que le pidieron. Macri es un sirviente de los yanquis. Nosotros tenemos que llenar la Plaza, como sea, cueste lo que cueste”, dijo Hebe de Bonafini.
La advertencia de la titular de Madres de Plaza de Mayo no es descabellada si se tiene en cuenta que ayer se aprobó en el Consejo de Seguridad Interior el Protocolo de Actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Manifestaciones Públicas, que le permitirá a la policía reprimir cualquier protesta sin necesidad de contar con una orden judicial.
Como si fuera poco, este jueves, horas antes de su habitual marcha, las Madres y los trabajadores de la Asociación se encontraron con un vallado y con la decisión de la Policía Federal de no dejarlos ingresar a la Plaza de Mayo.
“Los compañeros fueron maltratados por los efectivos, que afirmaron que no permitirían la realización de la marcha. Los trabajadores de la Asociación dieron aviso a las Madres y éstas lo hicieron público, generando un apoyo tal que obligó a que la policía diera marcha atrás con la amenaza”, señalaron en un comunicado.
Luego de marchar alrededor de la Pirámide, Bonafini se refirió al apriete policial: “Cada jueves pasa algo. Hace muchos años, casi cuarenta, que pasa algo distinto. Ningún jueves es parecido al otro. El de hoy estaba preparado para hablar de la represión Bariloche a los pibes, que fue terrible; para hablar de la represión de la policía de La Pampa en Buenos Aires, con gente herida e internada porque se les antojó que tenían que desviar el río. En Bariloche usaron a policías encapuchados que tiraron gas pimienta a los pibes de El Alto, los más pobres, esperaron que se vaciara el colectivo en el que volvían a sus casas y los golpearon porque sí, porque eran pobres. Todo esto es el odio de clases que tienen los que gobiernan”.
“Nadie nos va a sacar de la Plaza. Y nuestros hijos son ustedes. No vamos a permitir la prepotencia de la policía que hoy trató tan mal a nuestros compañeros y después tiene el coraje de venir a pedir disculpas. Acá no hay perdón: ‘ni olvido ni perdón, cien años de prisión’”, subayó
En otro tramo de su dicurso, la titular de Madres repudió los miles de despidos perpetrados por el macrismo y pidió solidaridad “con aquellos a los que les falta el trabajo”.
“Compañeros, juéguense. Tengamos claro que lo que está pasando es una dictadura por medio de los votos”, enfatizó.