El titular de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Lozano, criticó hoy el trato hostil hacia algunos dirigentes por parte del periodismo y la política en alusión a la diputada al Parlasur, Milagro Sala.
En diálogo con Radio Cooperativa, el prelado advirtió sobre «una demonización de las organizaciones sociales» y repudió la «mirada peyorativa» contra ellas por parte de medios y políticos cuando son agrupaciones «que se han puesto al hombro la problemática de los barrios cuando nadie los recorría».
Particularmente, sobre el encierro de Sala, dirigente del movimiento social jujeño Tupac Amaru encarcelada por las autoridades de esa provincia desde hace dos semanas por motivaciones políticas, Lozano sostuvo que el poder judicial «debe obrar con transparencia y claridad y que haya un respeto a las libertades de las personas».
Respecto a la campaña mediática contra Sala, opinó que «además de ser injusta porque se hacen circular noticias que nadie chequea, que son de dudosa credibilidad, sería bueno llamar la atención acerca del rol tan importante que cumplen los movimientos populares en la vida de la sociedad argentina».
Esas agrupaciones inician «emprendimientos laborales de autoconstrucción de viviendas, de defensa del ambiente, de la calidad de vida, gente que se organiza para la producción de hortalizas y después venderlas en algún mercado a precios accesibles», destacó el representante de la Iglesia.
El monseñor manifestó que «en las organizaciones sociales, incluidas las comunidades religiosas y los partidos, siempre hay cosas que mejorar, pero eso no implica tener que borrar de un plumazo la tarea que desarrollan».
La controversia que condujo al arresto de Sala estalló cuando el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, un radical aliado del presidente Mauricio Macri, decretó un cambio en el sistema de cooperativas y eliminó los fondos que se le entregaban a la Tupac Amaru.
Sala solicitó un diálogo con Morales para discutir el asunto; el político se negó y la líder convocó un acampe frente a la sede gubernamental jujeña. Le imputaron primero el delito de incitar a la protesta pública y el tumulto, pero como no tiene real sustento legal ahora la acusan de supuesta malversación de fondos.
Militantes de una decena de organizaciones, entre estas de la Tupac Amaru, acampan en Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada en demanda de la liberación de Milagro Sala. En la tarde del sábado los llamados curas villeros, que trabajan en las zonas pobres de la capital, oficiaron allí una misa por la encarcelada diputada al Parlasur.
El líder religioso dijo que «el acompañamiento a los movimientos sociales es algo que desde la Pastoral Social venimos haciendo desde hace un tiempo».
Según el integrante de la Conferencia Episcopal, muy cercano al papa Francisco, hay una «ética de doble moral» a la hora de cuestionar a los organismos sociales como a la Tupac Amaru que lidera la dirigente detenida.