El ajuste llevado adelante por los gobiernos de la alianza Cambiemos sigue generando fuertes protestas.
En La Plata, trabajadores municipales despedidos por el intendente Julio Garro volvieron a manifestarse este mediodía frente al Palacio Municipal y realizaron una “ñoquinada” exigiendo su reincorporación.
En tanto, empleados nucleados en ATE también marcharon, pero en este caso se llevaron el compromiso del pago de los sueldos adeudados y la regularización de unos 260 trabajadores que aún no habían sido incluidos en las plantas temporarias.
A pocas cuadras del Municipio platense, en calle 14 entre 56 y 57, dirigentes de UPCN encabezaron una protesta por el despido de 12 trabajadores de planta transitoria de la Dirección de Medicina Ocupacional y 5 de planta permanente, sin estabilidad, de la Secretaría de Legal y Técnica de la provincia de Buenos Aires.
“No veíamos despidos injustificados de este tipo desde la época nefasta de nuestra historia argentina, en plena dictadura militar y, a pesar de sus promesas de campaña, de no echar a nadie, la gobernadora María Eugenia Vidal firmó 5 decretos echando gente sin ninguna causa”, dijo al portal ANDigital, Facundo Mazzucchelli, secretario general de la Comisión Interna de UPCN en la Gobernación bonaerense.
El gremialista explicó que desde hace dos semanas intentan sin éxito reunirse con las autoridades del Ministerio de Coordinación y Gestión Pública, a cargo de Roberto Gigante, para tratar el tema.
“Estamos esperando una explicación y vamos a seguir con medidas de fuerza hasta tener una respuesta favorable. Creemos que estos despidos son, lisa y llanamente, por persecución ideológica, ya que sólo se hicieron efectivos porque los compañeros fueron nombrados por la gestión anterior”, agregó Mazzucchelli.
A estas protestas, se suma la que se desarrollaba esta tarde en Plaza Moreno de manera simultánea con concentraciones en otras plazas del país contra el ajuste macrista a nivel nacional.
Bajo la consigna #NoSomosÑoquis, las organizaciones convocantes afirmaron que “detrás del discurso anti-ñoquis se esconde un nuevo vaciamiento del Estado”.