Héctor Recalde y Omar Plaini repudiaron hoy las declaraciones de Alfonso Prat-Gay y advirtieron que “la frase de que cuiden el empleo y no discutan paritarias es una extorsión”.
El ministro de Economía trató de justificar ayer los 18 mil despidos en la administración pública calificando a los cesanteados como “grasa militante” que sobra en el cuerpo del Estado.
Prat-Gay también habló de las metas de inflación para este año, que según sus estimaciones serán del 20 al 25 por ciento, y de cara a las paritarias aseguró que “el que fije salarios por encima de esa pauta quedará descolocado”.
“Es decir, o va a vender menos –por impacto de los mayores costos, que dejarían al producto por encima de los demás en términos de precios– o tendrán que ajustar por el lado del empleo”, señaló el funcionario.
Plaini, actual diputado nacional y líder del gremio de los Canillitas, consideró que “tratar a los trabajadores de grasas es una provocación” y que “la provocación siempre trae una reacción”.
“Hay un Gobierno nacional que está claramente en una posición de achicar el Estado cortando el hilo por lo más delgado, que es por el lado de los trabajadores”, se quejó.
Además, salió al cruce de la intención del gobierno de limitar los aumentos en las paritarias a la meta de inflación: “Las paritarias son libres o no son paritarias. Ningún dirigente sindical puede aceptar eso”.
“La frase de que cuiden el empleo y no discutan paritarias es una extorsión”, recalcó Plaini en declaraciones a Radio Del Plata y aclaró que “la inflación se disparó mucho más con la liberación del cepo”.
Por su parte, el jefe del bloque de diputados del FpV, Héctor Recalde, consideró que “extorsionar con las paritarias es tremendo. No se puede plantear que se debe elegir entre sueldo y empleo porque es jugar con el estado de necesidad del pueblo”.
“Yo quiero llamar a la mesura porque la a naturaleza jurídica del salario es alimentaria y estos son derechos humanos”, agregó el legislador y abogado laboralista.
Recalde también dijo estar enojado con las descalificaciones de Prat-Gay hacia los militantes.
“Es bueno ser militante, no importa de qué partido, y que tenga convicciones, y es bueno que la juventud participe de la cosa pública. Descalificar a los militantes como ‘grasas’ es una ofensa al ser humano”, concluyó.