Concordia, situada 15 kilómetros al sur de la represa hidroeléctrica binacional de Salto Grande, es la localidad entrerriana más afectada por la inundación, y mantiene alrededor de «11.000 evacuados», ratificaron hoy a Télam voceros municipales.
Desde hace varios días, el Ministerio de Salud de la provincia realiza el permanente monitoreo de las zonas inundadas por los ríos Paraná y Uruguay, en las que fijó como estrategia primaria reforzar las acciones con medicamentos, recursos humanos y vacunas.
El titular del área, Ariel de la Rosa, ratificó que el organismo “impulsa la concreción de acciones de profilaxis para prevenir la aparición de casos de leptospirosis en las zonas afectadas, completar los esquemas de vacunación entre los niños de esas regiones y enviar medicamentos extras para atender posibles patologías emergentes.
El personal de Salud recorre también las zonas afectadas para brindar recomendaciones a los pobladores sobre las medidas preventivas para actuar frente a la emergencia e informar sobre las precauciones a considerar al regresar a la vivienda una vez que bajen las aguas.
En ese aspecto, los especialistas hacen foco en la importancia de consumir agua y alimentos seguros, la atención de las condiciones higiénico-sanitarias y estar atentos a los síntomas que pueden indicar la presencia de enfermedades relacionadas con las inundaciones.
En ese sentido, el ministro pidió a lo inundados que, “ante síntomas como fiebre, diarrea, vómitos o malestar en general, se consulte al centro de salud o al hospital más cercano para recibir el tratamiento adecuado”.
En tanto, en la costa occidental de Entre Ríos, el río Paraná permanecía estacionario o crecía levemente, según los últimos datos brindados por la Prefectura Naval Argentina.
Aunque el río superó la etapa de evacuación en casi todas las localidades entrerrianas, el número de damnificados por la creciente del Paraná es muy reducido en comparación con lo que ocurre en la ribera del Uruguay.