Por Lucía Pires / Si bien desde los medios hegemónicos se busca perfilar a Ezequiel Sabor, actual subsecretario de Trabajo porteño y uno de los nombres que se barajan para dirigir la cartera en Nación, como el hombre que se ha centrado en juntar apoyos de gremialistas y que supo llevar adelante la relación clave entre Mauricio Macri y Hugo Moyano, el eventual nuevo ministro siembra críticas por su mala gestión en la Ciudad y las sospechas de corrupción.
Al respecto, AgePeBA conversó con Edgardo Castro, delegado general de ATE en la Subsecretaría de Trabajo porteña, quien afirmó que el funcionario “es en realidad un contador que nunca tuvo nada que ver con la cartera de Trabajo, sino que lo pusieron en ese lugar porque es un obediente para los negocios; no tiene independencia ni capacidad”.
Asimismo, el sindicalista aseguró que Sabor “no tiene casi ninguna relación con los sindicatos, sino que es algo inventado por los medios afines” ya que “arregla con los que hacen grandes negocios y a los gremios pequeños los persigue, los duerme y los desaparece”.
Las denuncias penales lanzadas contra el funcionario macrista se apilan con la venia de los grandes medios de comunicación, que ocultan las graves acusaciones que recaen sobre Sabor por irregularidades como intentar desmantelar el cuerpo de inspectores de la Ciudad, realizar inspecciones truchas en las obras que dan como resultado un promedio de dos muertos por mes, tener el 70 por ciento del personal de la Subsecretaría en negro y por su complicidad con 3 mil talleres clandestinos, entre otras cuestiones. A ese historial, se le suman varios fallos condenatorios por persecución gremial.
“La Subsecretaría de Trabajo donde está Sabor cumple una función administrativa. Los planes que tiene para la Nación es que cada municipio se encargue como pueda del tema –sostuvo–. Desaparecería el trabajo como lo conocemos en el país porque el objetivo es liberar a las empresas para que hagan lo que quieran”.
En la misma línea, Castro expuso que “la política del subsecretario es avisarle a las empresas cuáles son las denuncias que hacen los trabajadores por trabajo ilegal en negro. Es una política al servicio de la patronal y en contra de los trabajadores, que terminan despedidos. Tiene concepciones de persecución con un criterio absolutamente nazi y fascista; es una realidad por los métodos que utiliza”.
En tanto, el sindicalista también criticó que “en estos años, Sabor solamente encontró sobre trabajo de infantil a un menor de 17 años que estaba lavando platos en Las Cañitas. No solo es responsable de miles de talleres clandestinos, sino que muestra su inoperancia con el tema de los derrumbes: hay casi 2 muertos mensuales promedio por su incompetencia”.
“Hace dos meses atrás, vimos que el objetivo de desmantelar el cuerpo de inspectores es limitarlo para que no moleste y eliminar toda fuga, como pasó con Iron Mountain, que fue lo más brutal por la relación con Francisco Cabrera, ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad, ex HSBC, quien amplió el área de influencia de la empresa, le condonó las deudas impositivas y no hizo la licitación correspondiente –aseveró–. Sabor desapareció de las actuaciones y después participó del encubrimiento”.
Al respecto, concluyó: “La mecánica de cubrir a las empresas muestra que es un gerente operativo de ellos. Fue a hacer las inspecciones, pero ocultó los resultados. Concretamente bajó a la Subsecretaría de Trabajo para hacer el trabajo sucio; viene a legalizar la clandestinidad”.