El conflicto en Siria, que está ya en su quinto año, superó los 250 mil muertos, de los que más de 70.000 son civiles, según un reciente recuento difundido ayer por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, de Londres.
Desde que se registrara el primer fallecido el 18 de marzo de 2011 hasta octubre de 2015, la ONG documentó un total de 250.124 muertos.
Gran parte de esas víctimas mortales, 74.426, son civiles, entre los que hay 12.517 menores de edad y 8.062 mujeres.
Las filas del legítimo gobierno de Bachar al Asad sufrieron un total de 91.678 bajas, de las que 52.077 eran efectivos de las fuerzas regulares, 35.235 combatientes sirios de milicias progubernamentales, 971 del grupo chií libanés Hizbulá y 3.395 milicianos chiíes de otras nacionalidades.
A estos muertos se suman 3.258 personas cuya identidad no se ha podido esclarecer.
Aparte de los fallecidos, la violencia causó también en Siria más de dos millones de heridos y 11 millones de desplazados.
El Observatorio, con sede en el Reino Unido, depende de una red de activistas sobre el terreno que le proporciona información, que a su vez cruza con los datos de hospitales y los vídeos filmados por opositores.
Además, otro estudio alerta que los menores suman un número desproporcionado de víctimas en la guerra: el 27% de los muertos en los bombardeos de Siria
«Los civiles son el blanco principal del armamento y soportan una parte desproporcionada del coste de los bombardeos. Si estamos buscando las causas profundas de la crisis de migrantes y refugiados en la Europa de hoy, este es sin duda un factor principal». Con estas palabras resumen su trabajo los autores de un estudio revelado hace algunas semanas por el diario El País, de España.