Por Germán Celesia / Los “institucionalistas” de la prensa hegemónica cuestionan el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, entre ellas el Congreso, que tienen entre sus funciones la aprobación de leyes y la cobertura de cargos en el Poder Judicial y sus organismos vinculados. Lo hacen partiendo de una conjetura interesada y no de la realidad tal cual se presenta ante sus ojos. Interpretan todo como una suerte de plan del oficialismo para “cubrir” lo realizado durante la actual gestión, a la que relacionan con prácticas corruptas, incluso aunque no tengan elementos para sostener afirmaciones de esa naturaleza. Esta interpretación interesada de la realidad es concordante con la estrategia de dar por hecho el triunfo de la oposición de derecha en la segunda vuelta electoral, clausurando toda posibilidad de poner de relieve los planes de cada uno de los candidatos en caso de acceder a la presidencia. No sea cosa que las hipotéticas víctimas de un “ajuste” futuro se enteren del destino que tienen reservado para ellos.
Hoy por ejemplo Clarín sostiene en el título central de su portada que “fracasó otra jugada k para controlar la Justicia”, ya que “la Corte anuló la ley que permitía nombrar jueces sin concurso”. En realidad, el matutino se refiere de manera engañosa al mecanismo de designación de jueces suplentes, ideada por el oficialismo ante la negativa a votar cargos permanentes por parte de la oposición. Según el periodista Claudio Savoia, se trataría de “un golpe al corazón de la estrategia k para cubrir su retirada”. A la vez, como parte de esa supuesta línea de acción, el diario habla de un supuesto “escándalo en Diputados” por haber actuado de conformidad a la legislación al reemplazar a dos auditores cuyo mandato caducó el 5 de septiembre pasado. “Impusieron a dos camporistas en la Auditoría”, titula la nota, como si se tratara de dos militantes político rentados y no de profesionales capacitados para ejercer esos cargos, más allá de sus ideas políticas.
La Nación habla de “duro revés del Gobierno: la Corte impide que siga nombrando jueces afines”. Y en nota editorial, afirma: “La Corte puso fin a otro avasallamiento a la Justicia”. Esta idea debe leerse por la inversa, como una suerte de conformidad del matutino por la posibilidad de que los magistrados provisorios pertenezcan a la corporación judicial y por lo tanto sean más afines a las ideas conservadoras y reacias a las transformaciones de la última década. El hecho de que se apele a magistrados jubilados les da chances de retornar funciones, por ejemplo, a ex jueces de la dictadura militar.No obstante, según Carlos Pagni, se trataría de un “freno a la Justicia militante”. Así, utiliza el mismo tipo de engaño de la prensa hegemónica para referirse al periodismo: los que conspiran contra el gobierno inventando asesinatos y complicidades de funcionarios nacionales serian periodistas o jueces “independientes”, y los que no lo hacen o, peor aún, tienen afinidad con el gobierno, serían magistrados o reporteros “militantes”.
También dice La Nación, en sintonía con su medio asociado: “Con escándalo, dos camporistas llegan a la Auditoría”, con mandato hasta 2023.Es decir, la preocupación del matutino parece ser que los funcionarios controlen a un gobierno de signo opositor.
El diario El Cronista actúa a su vez en sintonía con los dos principales medios opositores: “Cristina designó de apuro a dos nuevos auditores de La Cámpora y hubo escándalo en el Congreso”. Según el director periodístico del matutino, Fernando González, “el próximo presidente es quien debe acordar con la oposición el control de su gestión”. Lo implícito es que el Jefe de Estado sería quien, según este criterio, debería elegir tanto a los funcionarios del Ejecutivo como a los encargados de controlarlo. Y claro, da por sentado que sería Mauricio Macri y no Daniel Scioli el próximo presidente, ya que a la actual Jefa de Estado no convalidan siquiera el nombramiento de un candidato a la Corte Suprema de Justicia, que consideran una suerte de coto de caza de la derecha argentina.
La Nueva Provincia de Bahía Banca es otro de los medios que se suben a la teoría de que el gobierno da todo por perdido y se conforma con “cubrir” lo que supuestamente hizo mal hasta el momento. “La Corte derrumbó la estrategia de los k para cubrir su retirada con jueces federales amigos”. El titular es un panfleto político que da por sentada la victoria macrista, la existencia de ilícitos que sería necesario esconder y la falta de idoneidad de los magistrados suplentes. Además, solapa el hecho de que es la oposición la que no permite cubrir de manera definitiva los cargos en el Poder Judicial.
En el interior de su edición, Clarín insiste con la tesis central de “retirada” ante la eventual victoria de Cambiemos. Marcelo Hefgot habla de “un debate que bordeé el escándalo” y ya no propiamente de un “escándalo” a secas, y se atreve a lanzar acusaciones vagas contra el oficialismo: “Lejos de ser una demostración de fortaleza, la maniobra urdida ayer desde la Rosada para dejar de »regalo» en la Auditoría a dos de sus alumnos dilectos es una señal de que hay papeles algo flojos que deberían ocultarse”. Este mismo periodista sostenía que Cristina Fernández iba a ser candidata al Parlasur para “tener fueros” con los cuales protegerse de las acusaciones mediáticas, lo que habla de la calidad de sus fuentes informativas.
Carlos Pagni en La Nación, en el mismo sentido, se refiere a “la principal estrategia de la señora de Kirchner en estos días”, que sería “cubrir los riesgos penales que presenta su retirada”. Además, el diario afirma: “El FPV avanzó con la creación de nuevos organismos públicos”. Y Clarín advierte: “El oficialismo busca cubrir más cargos antes del 10 de diciembre”. Y agrega: “La oposición dice que se cubrirán con militantes de La Cámpora”. Así, el mismo “demonio” sirve para demonizar cualquier decisión del gobierno legítimo.