Por Nicolás Lantos* / “Hay una mística. Esta elección le tocó el amor propio a la gente. Tomaron conciencia. Ahora es una gran final”, se entusiasma Daniel Scioli luego de una caminata junto a vecinos en la localidad de William Morris. “Creo que el camino que queremos para la Argentina está claro. Hay uno que va y uno que vuelve. Hay uno que va hacia una agenda del desarrollo y otro que vuelve a los viejos fantasmas y políticas del pasado. Ajuste, devaluación, dejar librado todo al mercado”, agrega, planteando por primera de muchas veces un contraste con su rival en la segunda vuelta del 22 de noviembre, Mauricio Macri, a quien nunca menciona. “El jefe de la Alianza”, lo llama, cuando no le queda alternativa.
Ya quedó atrás el tono de los primeros días después de las elecciones, cuando el Frente para la Victoria se tomó su tiempo de recalcular y hacer un reseteo de la estrategia. El candidato presidencial vuelve a mostrar la energía que lo caracterizó en buena parte de la campaña: se presta para las selfies, besa niños y hasta se anima a hacer jueguito y algunas piruetas con la pelota, a pesar de que todavía usa una férula en su brazo izquierdo por una lesión de futsal. Una vez terminada la recorrida, se toma unos minutos para atender a Página/12. No bien se enciende el micrófono, arremete contra las declaraciones de Macri respecto a la política universitaria del gobierno nacional.
“Son las nuevas universidades las que van a garantizar la sustentabilidad social, económica y productiva de la Argentina. Son las nuevas universidades las que van a crear oportunidades para los jóvenes, de donde van a salir los profesionales que necesitamos para seguir industrializando nuestro país. Cada vez que tira una definición, va en el mismo sentido: que los trabajadores sean la variable de ajuste. El dijo: vamos a ajustar los salarios por inflación. Si hay algo que se ha hecho todos estos años fue mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, habiendo generado cada vez más ingresos”, muestra los dientes.
–¿Cree que podrá atraer a los electores que no votaron a Cambiemos ni al Frente para la Victoria?
–Creo que sí. Ellos plantean un gobierno con otra prioridad, para pocos, para intereses concentrados y un poder económico nacional e internacional. Lo que hicieron en las últimas horas con el Banco Central los ha desenmascarado. Como ellos están anunciando una gran devaluación como variable de ajuste, generan esta maniobra de mercado. También hay que ver el último fallo de Griesa, que se produce por la expectativa que le genera el jefe de la Alianza al juez neoyorquino. Nosotros, en cambio, queremos mantener lo logrado. Lo que yo quiero transmitir es esperanza. Es fe hacia el futuro. Vayan detrás de una vida mejor el 22 de noviembre. Yo tengo una gran capacidad de adaptación, no sólo le agradezco a los que me acompañaron, sino a los que votaron a otra fuerza política, que está mucho más cerca mío, que está mucho más cerca de las ideas que yo represento y la etapa que yo les propongo a los argentinos es ir hacia el futuro, de lo que expresa esta nueva versión de la Alianza reciclada, modelo 2015, con las mismas consignas de cambio y bajo las mismas políticas.
–El Frente de Izquierda llamó a votar en blanco con el argumento de que usted y Macri son lo mismo.
–Todo lo contrario. Cuando vez la posición que ha tomado el jefe de la Alianza en la recuperación de YPF o Aerolíneas, en la creación de AySA, en la ley de fertilización asistida o en la recuperación de los fondos de la Anses, pone en evidencia su pensamiento, las definiciones económicas que han tenido en cada uno de los temas. Ellos piensan gobernar con otro tipo de prioridades. Acá contrastan dos modelos de país, dos proyectos de Argentina. El de la inclusión o el de la exclusión. El de lo nacional o el de lo importado. El del mercado interno o el de priorizar pagarle a los buitres. Y yo entiendo que hay que ir implementando el verdadero cambio posible a partir de lo que se ha hecho. Al que ahora alquila, yo quiero que tenga techo propio, por eso el millón de viviendas. Quiero mejorar cada vez más la productividad y la competitividad de todas las economías regionales.
–¿Se podría decir que la principal diferencia entre los dos es la visión sobre el rol del Estado?
–Cuando el gobierno impulsó la creación de Arsat, ellos dijeron qué sentido tiene el despilfarro este. Si no fuera por esta decisión política que tomó la Presidenta respecto de la ciencia y la tecnología, no tendría hoy un papel fundamental, reconocido internacionalmente. Dilma Rousseff me dijo en Brasil que si hay algo para reconocer en la Argentina son los avances que ha tenido en materia de tecnología nuclear. Hay que tomar conciencia que cuando se invierte en tecnología, se invierte en mejorar la calidad de vida, las comunicaciones, el acceso a Internet. Y hacerlo desde un lugar del la visión del interés nacional. Hoy hemos avanzado en la recuperación de empresas estratégicas para el interés nacional. Yo no quiero que eso vuelva para atrás y volver a privatizaciones que han hecho estragos. Y así, cada uno de los avances, de los nuevos derechos. Y eso es lo que está en discusión. Por eso me parece interesante que en un proceso electoral, cuando hay menos de diez puntos de diferencia, los candidatos tengan que disputar, cara a cara, mano a mano, con sus ideas, con sus políticas, la gran final.
–¿Qué lectura hace de los resultados de la primera vuelta?
–Que hoy tenemos que estar más unidos que nunca. El mensaje de la Presidenta fue claro. Los gobernadores reunidos fueron claros. El encuentro ayer de todas las organizaciones de la economía popular fue muy claro. Y yo lo percibo. Se ha creado una conciencia. Hay una voluntad de todo el mundo no solamente de apoyar sino de convencer y unir más voluntades. Se gana con la mitad más uno, no solamente con los que nos votaron sino también con los que nos exigen más. Es verdad que hemos hecho mucho, pero faltan otras cosas. Y yo quiero decirle que los escucho, que me adapto, que los interpreto y que les voy a dar respuestas. Porque han quedado claramente expuestas las dos alternativas. Los dos caminos del país. Insisto: uno que va hacia la agenda del desarrollo futuro, y otro que vuelva a las políticas que han hecho estragos en lo social, lo económico y lo productivo y que realmente si hay un espacio que representa cambios, revolución y transformaciones es este.
–¿La necesidad de una segunda vuelta puede significar cambios en el gabinete que había anunciado antes de las elecciones?
–Es un tema abierto. Todos ellos forman parte de mi equipo. Independientemente del rol que le toque a cada uno, todos integran un grupo de profesionales que está trabajando en lo que se viene, a partir de lo que hemos hecho. Hemos avanzado en abrir las persianas de las fábricas, ahora tenemos que darle cada vez más productividad, con una banca de desarrollo, tenemos que agregar valor a las materias primas para no depender de los vaivenes del mercado, los precios de los commodities, y la especulación que hay detrás de eso. Tenemos que integrar las universidades con cada sector productivo.
–¿Lo sorprendieron los elogios de Massa a sus propuestas respecto a jubilaciones, impuesto a las ganancias, retenciones y lucha contra el narcotráfico?
–El ha sido muy claro. Es un diario el que ha forzado una interpretación de sus palabras cuando puso que no me votaba a mi. Como es permanente este tipo de acciones, como cuando hablaron de mi relación con Carlos Zannini, que es impecable. Lo mismo cuando señalaban que la Presidenta no me había nombrado; no, hizo algo mucho más importante, convocó al respaldo y el acompañamiento a los dirigentes que garantizamos sostener estas políticas y seguir introduciendo los cambios posibles y verdaderos que se pueden llevar adelante.
–¿Cómo piensa sustentar esas medidas?
–Yo tengo garantizado que vamos a tener al mes de marzo, 20 mil millones de dólares más de reservas. Lo he hablado con la presidenta de Brasil, con las autoridades de China, con muchísimos potenciales inversores y fundamentalmente con organismos internacionales. Está garantizada la sustentabilidad de estas medidas, que se harán en forma responsable y gradual para seguir alimentando un pilar fundamental de este proyecto, que es el mercado interno. Cada vez que los trabajadores tengan más recursos para consumir.
*Artículo publicado por el matutino Página/12