Por Lucía Pires / En las últimas horas trascendieron algunos de los nombres que baraja María Eugenia Vidal para su gabinete en la provincia de Buenos Aires, a partir del 10 de diciembre próximo.
La gobernadora electa colocaría al frente del Ministerio de Asuntas Agrarios a Leonardo Sarquis, un ex gerente de Monsanto que lideró el negocio de Semillas Seminis Sudamérica entre 2005 y 2007.
El investigador del Centro Cultural de la Cooperación, Nicolás Gutman, dijo a AgePeBA que la multinacional busca en Argentina lo mismo que hace en Estados Unidos: tener a miembros de su directorio en las funciones públicas.
“Los que están en el directorio de la sede central de Monsanto, son todos congresistas, funcionarios de la Casa Blanca, miembros de la Corte Suprema. En el estilo americano, que es el del PRO, el Estado está cooptado: lo que hacen directamente es ir poniendo dentro de los espacios de la toma de decisión a la gente de las corporaciones más poderosas”, explicó.
Para Gutman, que Sarquis suene como eventual ministro de Asuntos Agrarios bonaerense es una “burda” bajada de línea de “los grupos de poder” para “tener la capacidad de crear las leyes que se ajusten a lo que necesitan” las corporaciones.
“Una vez que tienen instalado el sistema Monsanto, los países pierden la soberanía alimenticia que, junto con la energética, es la que tiene más poder”, dijo el investigador y advirtió sobre las sustancias cancerígenas, como el glifosato, que introduce la multinacional en el paquete de las semillas transgénicas.
En este sentido, desarrolló que la provincia de Buenos Aires “es el centro de la producción agraria argentina, por lo que ellos van a tener la capacidad y el poder suficientes para cambiar las leyes de forma que vayan adquiriendo más poder en la agroindustria, hasta que realmente la magnitud sea terrible”.
“Esto demuestra que el PRO ya tiene un plan que no dijo hasta estar en el poder, porque en ningún momento dijeron que iban a tener en su equipo a gente de Monsanto. Están yendo por atrás, mientras en la campaña hablan de cosas irrelevantes. Ahí uno sabe dónde está el poder, porque si tenés a Monsanto regulando los asuntos agrícolas, estás poniendo a la mayor corporación del mundo a dirigir la política, estás entregando la pampa húmeda”, subrayó.
Gutman consideró que “los países que tienen cierta soberanía alimenticia prohíben los productos de Monsanto”.
“Si el camino que toma la Argentina es el contrario, vamos a quedar aislados y fumigados, porque el sistema de producción agrícola necesita de otros mercados. Argentina va a quedar cerrado en un círculo porque no se va a poder exportar, va a ser cada vez más difícil, y vamos a depender de esos países hasta el día que decidan no comprar más. Una vez que tenés el paquete tecnológico, ya no tenés acopio de semillas, y eso va a hacer mucho daño al país, va a dejar a en un lugar terrible de la agroindustria”, concluyó el investigador.