“Llevo grabado en mi corazón las historias, los sufrimientos de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes y siento mucha vergüenza por las personas que tenían a su cargo el cuidado de estas tiernas criaturas” le infligieran este mal, dijo el pontífice en el marco de la reunión que mantiene en Filadelfia con los obispos invitados al Encuentro Mundial de las Familias.
“Los pecados de abuso sexuales a menores no pueden ser mantenidos en silencio por más tiempo. Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y que todos los responsables rendirán cuenta”, dijo al pronunciar un discurso en español en el Seminario San Carlos Borromeo de Filadelfia.
El sumo pontífice llegó allí luego de reunirse “con un grupo de personas abusadas de niños”
“Los supervivientes de abusos se han convertido en verdaderos heraldos de esperanza, y ministros de misericordia. Le debemos a ellos y sus familias nuestra gratitud por su valor de hacer brillar la luz de Cristo sobre el mal del abuso de menores”, dijo.