Por José Luis Ponsico/ Diego Simeone, hubiese dicho: «Boca ganó con el cuchillo entre los dientes». Esta vez, Arruabarrena triunfó sobre Gallardo. River, sin reacción, dio ventajas atrás. Sin dudas se sintieron algunas ausencias. Ventas y lesiones. A Carlos Tévez como punta, se lo notó algo incómodo.
En la primera parte Boca maniató a River en el medio campo. En la mitad de la cancha el millonario no hizo pié durante media hora. El resbalón de Gonzalo Martínez y pelota larga de Fernando Tobio a espaldas de Eber Alvarez Balanta, al velocísimo Sebastián Palacios, derivó en el único gol del partido.
La lesión de Fernando Gago fue sin dudas un infortunio, aunque no resultó merma para el planteo del «Vasco». El ingreso del uruguayo Nicolás Lodeiro brindó juego del medio para arriba. Además, apareció solo en el área para definir con zurdazo, arriba. Inatacable para cualquier arquero.
Boca no mereció perder contra San Lorenzo, eso quedó claro. Durante esa semana se vivió un clima político no positivo. En homenaje a Juan Román Riquelme el ídolo xeneize dejó reflexiones como «equipo combativo, pero sin juego». Otros ex notables, como Blas Giunta, no ajeno a la cuestión pre-electoral, también estuvo crítico.
A unos cien días para elecciones, hoy estaría repitiendo la victoria Daniel Angelici. Boca puntero, con fuertes chances en los dos torneos. El de los treinta equipos -ahora apasionante, hasta hace dos meses era una simple locura de AFA, según parte del periodismo- y también la Copa Argentina, que ya la ganó hace tres años.
River perdió eficacia. Al menos, la que tuvo el año pasado cuando alcanzó récord de 32 partidos sin perder. Doce con Ramón Díaz y veinte con el primer ciclo de Marcelo Gallardo. En el lapso, remontó doce resultados adversos, algo que ahora parece casi imposible.
El popular Muñeco Gallardo perdió a seis futbolistas por ventas y lesiones del primer equipo titular: No estuvieron Jonathan Maidana y Leonel Vangioni por lesiones. Tampoco Leonardo Pisculichi, quien se quedó en el banco. Se fueron Ariel Rojas, Teo Gutiérrez, Fernando Cavenaghi y Germán Pezzella.
Consuelo riverplatense: mientras Boca invirtió casi 40 millones de dólares desde agosto 2014, en una veintena de futbolistas, River alcanzó el tributo que nunca antes había obtenido en un cuarto de siglo. Otros 40 millones de dólares.