Desde las 14.30, en el edificio de Dean Funes 140 de la capital salteña, el Tribunal Oral Federal comenzará a juzgar a Levín como principal imputado de instigar la persecución, el secuestro y las torturas contra Víctor Manuel Cobos, un chofer de La Veloz del Norte, que en 1977 era delegado y miembro de la Junta Ejecutiva de la Unión de Tranviarios -UTA- de la Seccional Salta.
Los magistrados que integran el Tribunal, Santiago Díaz, Marta Snopek y Gabriel Eduardo Casas, también investigarán al exsubcomisario Víctor Hugo Bocos, y a los ex policías Enrique Víctor Cardozo y Víctor Hugo Almirón, acusados de ser autores materiales de las torturas en perjuicio de Cobos.
Los hechos ocurrieron en enero de 1977, aunque desde antes, la familia de la víctima sufrió en carne propia el accionar de las fuerzas represivas con dos hermanos de Cobos, Martín y Enrique, ambos militantes de Montoneros.
A Martín Cobos, de 17 años, lo asesinó la lluvia de balas de una ametralladora en medio de un operativo realizado en su casa por un grupo de tareas que en septiembre de 1976 buscaba a Enrique, el otro de los hermanos que terminó exiliándose.
Después del crimen, un auto estacionado frente a su casa del Barrio San Remo comenzó a vigilar a Víctor Cobos todas las noches, y tres meses después, en medio de un paro, fue detenido mientras conducía por el oficial Bocos y un grupo de policías que lo llevaron al galpón de la firma que pertenecía a Levín -La Veloz del Norte-, para desmantelar el auto en busca de armas que no encontraron.
A fines de 1976 fue nuevamente detenido por el mismo oficial, acompañado de Cardozo y otro policía, que lo llevaron a la comisaría 4ta de la ciudad de Salta -denunciada en la Conadep como centro clandestino de detención-, donde estuvo dieciocho horas en un cuarto, mirando la pared, encapuchado y esposado y después fue llevado a una camilla elástica para torturarlo con picana eléctrica.
La tercera vez le llegó al volver de un viaje a Tucumán, a la altura de Portezuelo, al ser demorado por un Torino blanco en el que estaban Bocos, quien ya era subcomisario de la comisaría 4ta y Marcos Levin.
Un día después, el gremialista vuelve a ver a Bocos dentro de la empresa y sin ninguna explicación, lo sube a un Ford celeste, un coche de La Veloz del Norte que funcionaba al servicio de la policía y lo traslada a la comisaría 4ª, donde es torturado y le preguntan por los afiliados de la UTA.
Cobos estuvo unos días encarcelado junto a una docena de compañeros de la empresa y a cambio de su liberación, fue obligado a firmar una declaración en la que admite haber formado parte de una estafa que nunca existió.
Aunque la causa que llegó a juicio oral alcanza sólo el caso de Cobos, varios de los empleados que denunciaron las torturas sufridas en esa comisaría, declararon haber visto al propio Levin caminar y desplazarse dentro de la dependencia judicial.
La Veloz del Norte fue vendida a otra empresa de transporte, en tanto Levin es actualmente propietario del hotel cinco estrellas Alejandro I, ubicado en pleno centro de la capital salteña.
La responsabilidad empresarial en el plan sistemático implementado durante el terrorismo de Estado en el pais llega a esta instancia judicial por primera vez después de 39 años, luego de varios fallos judiciales que beneficiaron con la «falta de mérito» en distintas causas a Vicente Massot, director del diario bahiense La Nueva Provincia; y al propietario del Ingenio Ledesma, Carlos Blaquier junto con su director, Alberto Lemos.
El CEO del grupo Clarín, Héctor Magnetto, su dueña, Ernestina Herrera de Noble; el director del diario La Nación, Bartolomé Mitre, entre otros, también fueron favorecidos por la justicia con la negativa al llamado de indagatoria pedido por la querella en la causa que investiga delitos de lesa humanidad en la venta de Papel Prensa.
En tanto, la causa que tiene como imputados a dos represores y tres directivos de filial Ford en Argentina, no tiene aún fecha de inicio de juicio oral.