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El jefe de la diplomacia de la Casa Blanca, según consignó Prensa Latina, señaló que para él es una maravilla estar aquí en este momento «verdaderamente histórico» y sentenció que la valiente decisión del presidente de Cuba, Raul Castro, y de su similar estadounidense, Barack Obama, permitirá dejar de ser prisioneros de la historia y enfocar las oportunidades del hoy y del mañana.
Destacó los beneficios que habrá cuando cubanos y estadounidenses puedan relacionarse más, intercambiar ideas y aprender los unos de los otros, lo que permitiría crear un espíritu de cooperación y progreso en disimiles áreas. Los vecinos, apuntó, tienen mucho de qué hablar.
Todos sabemos, subrayó, que el bloqueo a Cuba permanece en pie y solo puede ser modificado por el Congreso, algo que favorecemos, no obstante el presidente Obama dio pasos para la normalización en el marco de sus poderes ejecutivos pero, puntualizó, queremos hacer más.
Asimismo, el secretario de Estado norteamericano abogó porque ambas partes eliminen las restricciones existentes para avanzar más en el camino de la normalización y predijo que habrá aún más trabajo.
Cito al Apóstol cubano, José Martí, y puntualizó que todo lo que divide a los hombres es un pecado contra la humanidad. Subrayó que es el momento de acercarnos, ha llegado el momento de decir al mundo que nos queremos, ya no somos enemigos ni rivales sino vecinos, es el momento de desplegar nuestras banderas y hacer saber al mundo que nos deseamos lo mejor unos a otros.
La intervención de Kerry estuvo presidida por la declamación de un poema del poeta cubanoamericano Richard Blanco, Cosas del mar, quien dijo que «el mar no importa, todos pertenecemos al mar que nos separa». En una referencia a este momento, el poema llama a dejar atrás las dudas y compartir horizontes.