Por Germán Celesia / El partido de Mauricio Macri ganó por escaso margen la Jefatura del gobierno porteño y le llovieron críticas de todos los sectores por su estrategia política “purista” y el súbito cambio de discurso hacia posiciones afines a las del gobierno nacional. Pero la prensa hegemónica sólo acepta que sus columnistas o la oposición lo critiquen, no así el oficialismo.
“Tras es balotaje, Macri se cruzó con el kirchnerismo”, es el título central de Clarín, que de esa manera pone el eje en contrapunto con el oficialismo y no en sus contradicciones discursivas o en los reclamos de cambio de estrategia de sus aliados políticos. “Los aliados de Macri piden revisar la estrategia del frente opositor”, dice La Nación, priorizando las críticas “Internas” de la alianza a las proveniente del oficialismo, las cuales por otro lado van en sintonía con las puestas de manifiesto por Carlos Pagni en la tapa del matutino del lunes 20. El Cronista da por su parte un mensaje de los especuladores financieros al actual jefe de Gobierno: “Inversores achican su apuesta por Macri”.
“Macri le contestó a Máximo y lo chicaneó con la Cámpora”, dice Clarín en el titular de uno de los artículos alusivos al tema, aunque concede que “el jefe de Gobierno, en un claro cambio de discurso, aclaró enfáticamente que en caso de acceder a la Casa Rosada mantendrá algunas políticas emblema de este Gobierno, como la Asignación por Hijo y el pago de las jubilaciones a través de la ANSeS. También prometió que Aerolíneas Argentinas seguirá bajo la órbita estatal”. Es decir, el diario reconoce el súbito cambio de posición del Pro sobre algunas de las principales políticas del gobierno pero no parece tolerar que el señalamiento parta del oficialismo.
En el mismo sentido, Ricardo Roa, editor del matutino, objeta el perfil de la campaña macrista pero da muestras de no tolerar que le realicen críticas similares dirigentes del oficialismo. “La consigna es o era no decir nada salvo la apelación al cambio y a lo nuevo. Nadie le puede pedir a Macrri que toque un Stradivarius pero ¿qué cambio es el que no se explica? Lo viejo no sirve. Está claro. Pero ¿en qué consiste lo nuevo que él propone?”, lo critica.
“El domingo amagó con darle validez a la política. Anunció que mantendrá a Aerolíneas y a YPF en manos del Estado, dos temas que introdujo en la agenda sólo para desmarcarse de las críticas de privatizador y liberal. Scioli lo cruzó esa misma noche y contrapuso su supuesta coherencia con la supuesta incoherencia de Macri. Justo él que acompañó a Menem en todas y cada una de las privatizaciones de los 90”, objeta al postulante del oficialismo.
“Como parte del mismo pelotón de fusilamiento, salió Máximo. Dijo: »al escuchar a Macri me pareció escuchar a Recalde». Olvidó que Recalde salió tercero en la peor elección del kirchnerismo en la Ciudad. Además dijo que »Lousteau queda muy bien y con todo el futuro por delante». Es el mismo Lousteau al que Cristina destrozó y contra el que el kirchnerismo hizo campaña sucia”, acusa. Así, el columnista parece reclamar la exclusividad de las críticas a Macri.
Según Ricardo Kirschbaum, a su vez, el candidato de Eco, “recibió gran caudal de sufragios para oponerse a Macri. Es decir que el interés por afectar la carrera del candidato presidencial del PRO prevaleció sobre las intenciones de sostener a Lousteau en la lucha pura por el sillón principal de la ciudad”. Por lo tanto, “Macri debería tomar nota de lo que pasó ayer”, le aconseja. Y reivindica “la política” por sobre “los artilugios de marketing”.
En tanto, para La Nación, “las miradas de la UCR y la CC apuntan, en primer lugar, al consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, también criticado ayer en reserva dentro de Pro por su estrategia »purista» para enfrentar los comicios porteños y lo que califican como »errores» en la percepción de la holgura del triunfo de Larreta, que finalmente fue de sólo tres puntos sobre Lousteau”. Así, da espacio a las críticas internas del frente opositor, y también las de Massa por “sectarismo y soberbia”, pero descalifica a las de Máximo Kirchner por “chicanero”. A su vez, el “Pro justifica el giro discursivo de Macri con la idea de evitar una continua confrontación”, según Hernán Capiello. Es decir, vale la autocrítica y las sugerencias de los potenciales socios o promotores, pero no las del oficialismo.