Por José Luis Ponsico / Jugador lujoso, habilidoso y gran técnica, «el Beto» Infante, de segundo nombre Alberto, marcó una época de un fútbol «dorado». Conocido como de «Galera y bastón». Integró la selección nacional en el´53.
Antes, hizo un gol inolvidable. Quedó «patentado» para siempre como «la rabona del Beto Infante” en un hipotético registro de propiedad intelectual y sabiduría futbolera.
Ocurrió en el´48 antes de la huelga de futbolistas profesionales Estudiantes derrotó a Rosario Central -el «pincha» iba tercero en la tabla- con una «rabona» desde 35 metros. Infante tuvo reconocimiento de FIFA. Jugó en el «pincha» entre 1942 y 52. Estuvo en Huracán un par de años y volvió a Estudiantes de La Plata. Antes del Mundial, Suecia´58, estuvo convocado con 34 años.
El organismo ubicó el gol de Infante, «el primero de rabona oficial». Pasaron 67 años. Hubo especialistas en los´80 y 90. Claudio Borghi en Argentinos Juniors, luego en Chile, hizo recordados goles de «rabona».
A fines de los´90 Eduardo Coudet, hoy DT de Rosario Central, fue otro recurrente. En su vuelta a Arroyito hizo un gol a Ferro de «rabona». Un recurso «por necesidad». Calleri en Boca resolvió en un segundo.
En la misma época de «Chacho» Coudet, Federico Insúa asistió de «rabona», en Independiente con zurda sobre la derecha. Otro zurdo exquisito de este tiempo es Erik Lamela, formado en River, quien desde 2012 tira «rabonas» en Europa.
Infante falleció a los 84 años hace siete años. Jugó 439 partidos oficiales y está entre los primeros diez goleadores de la historia con más 217 goles. Algo casi inalcanzable para el resto.