El Papa Francisco, remarcó instantes antes del rezo del Ángelus dominical, que la Iglesia está «comprometida» en la solución de «los graves problemas sociales y económicos» de América Latina, continente que, por otro lado, cuenta con «grandes potencialidades humanas y espirituales».
Y añadió: «Para contribuir a su solución, la Iglesia está comprometida en movilizar las fuerzas espirituales y morales de sus comunidades, colaborar con todos los componentes de la sociedad».
El pontífice recordó que durante su reciente viaje a Ecuador, Bolivia y Paraguay invitó «a desarrollar la difusión de la Palabra de Dios con el fin de que la sobresaliente religiosidad de dichas poblaciones pueda ser siempre testimonio fiel del Evangelio».
Desde la ventana del apartamento pontificio se dirigió a los miles de turistas y peregrinos que escuchaban sus palabras desde la Plaza de San Pedro y agradeció «el calor» que ha recibido durante su periplo por América Latina entre el 5 y el 12 de julio.
«Agradezco a Dios con todo el corazón por todo esto y reitero mi agradecimiento a las autoridades de estos países por su acogida y su colaboración. Con gran afecto doy las gracias a mis hermanos obispos, a los sacerdotes, personas consagradas y toda la población por el calor con el que han participado», dijo.
Y continuó: «Con estos hermanos y hermanas he loado al Señor por las maravillas que ha obrado en el Pueblo de Dios de aquellas tierras, por la fe que anima su cultura y sus vidas y por las bellezas naturales con la que ha enriquecido esos países».
Finalmente encomendó «los frutos de este inolvidable viaje apostólico» a la intercesión de la Virgen María, «que toda América Latina venera como patrona con el título de Nuestra Señora de Guadalupe».