En su segundo día en Ecuador, el papa Francisco congregó a cientos de miles de fieles en el parque Los Samanes, de la ciudad portuaria de Guayaquil, donde celebró una misa en la que destacó que “la institución familiar es la base y la que aporta el bien común de todos”.
“En la Familia, los milagros se hacen con lo que hay, con lo que se tiene a mano. No es lo que soñamos, ni lo que debería ser”, sostuvo y llamó a “encontrar soluciones y ayudas concretas para muchas dificultades e importantes desafíos que la familia hoy debe afrontar”.
En otro tramo de su homilía, y usando la metáfora del vino de las bodas de Caná, el Papa aseguró que “el mejor vino está por venir”, en alusión a los buenos tiempos que se avecinan para América Latina.
El Papa latinoamericano brindó la misa bajo un fuerte sol y una temperatura de casi 35°C, ante más 600.000 fieles de la Iglesia católica, según cálculos de los organizadores.
Previamente, Francisco visitó el Santuario de la Divina Misericordia, en las afueras de Guayaquil, donde se dirigió a más de 2.000 personas.
El Sumo Pontífice fue recibido en Ecuador por el presidente Rafael Correa, quien le agradeció por haber escogido al país suramericano como primera parada de su gira latinoamericana y le aseguró que hay muchos puntos de coincidencia entre ellos, sobre todo en temas como la lucha contra la pobreza, la desigualdad social y el medio ambiente.
El Papa tiene previsto encabezar mañana su segunda misa en Ecuador, que se realizará en el parque Bicentenario de Quito el martes. Sus actividades en ese país continuarán hasta el miércoles y luego partirá hacia Bolivia y Paraguay.