Desde los Estados Unidos, el presidente Barack Obama saludó el mensaje «fuerte y claro» del Papa Francisco, que exhortó este jueves a los dirigentes mundiales a actuar rápidamente para salvar el planeta, amenazado de destrucción por el cambio climático y el consumismo. «Admiro profundamente la decisión del Papa de llamar a la acción sobre el cambio climático de manera clara, fuerte, y con toda la autoridad moral que su posición le confiere», subrayó
Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande dijo que «la encíclica del papa Francisco vuelve a colocar el tema ecológico en una perspectiva humanista». En cuanto a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, propuso la creación de una alianza público-privada que afronte de forma conjunta el cambio climático que amenaza al país.
En el texto del Papa Francisco propone una “ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales”. “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, diagnostica el sumo pontífice en el texto titulado “Alabado seas. Sobre el cuidado de la casa común”, divulgado hoy por el Vaticano, en el que con la mira puesta en los problemas ambientales no deja de remarcar que “los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes”.
La tierra «clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella», comienza Francisco el texto de 191 páginas y 246 párrafos en el que habla de la ecología como un estudio de la «casa» de todos y pide responsabilidad por el «bien común» contra el riesgo real de la auto-aniquilación, al tiempo que critica que «los poderes económicos siguen justificando el actual sistema mundial».
“¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?”, se pregunta el Santo Padre en la Encíclica en la que afirma que «el medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos».
En su mensaje plantea que «la humanidad tiene aún la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común” ya que “el ser humano es todavía capaz de intervenir positivamente”, y reafirma que “no todo está perdido, porque los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, pueden también superarse, volver a elegir el bien y regenerarse”.
El texto está atravesado por algunos ejes temáticos que analizan el tema de la creación desde una perspectiva interdisciplinaria y hacen foco en “la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología”.
Asimismo pone el eje en “la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida”.
“El calentamiento es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad”, arremete el pontífice en el texto y plantea que si “el clima es un bien común, de todos y para todos”, el impacto más grave de su alteración recae en los más pobres.
Pese a esto, el Papa diagnostica que muchos de los que “tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del calentamiento”.