Cristina Fernández de Kirchner encabezó este mediodía, junto al gobernador bonaerense Daniel Scioli, su último Tedeum como presidenta de la Nación.
La misa fue oficiada en la Basílica de Luján por el arzobispo de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, en ocasión de un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.
En su discurso, Radrizzani agradeció a la Presidenta las obras de restauración de la Basílica, impulsadas por Néstor Kirchner, y expresó la “esperanza de la Argentina que quiere abrirse a un futuro luminoso”.
Acompañaron a Cristina en el oficio religioso el vicepresidente Amado Boudou; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el presidente provisional del Senado, Gerardo Zamora, el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y todos los ministros nacionales.
También concurrieron el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto y la esposa de Scioli, Karina Rabolini; el intendente de La Matanza y presidente del PJ povincial, Fernando Espinoza; los diputados nacionales Andrés Larroque, Horacio Pietragalla, Carlos Kunkel, Graciela Gianettassio, y Roberto Feletti; el dirigente Luis D‘Elía; el actor Gerardo Romano; y representantes de diferentes cleros religiosos y de organizaciones de Derechos Humanos.
Al concluir el Tedeum, Cristina recibió las felicitaciones de representantes de diferentes delegaciones extranjeras que asistieron a la Basílica de Luján y luego salió a la plaza Belgrano, junto a Scioli, para saludar a la multitud que se había concentrado para seguir la ceremonia religiosa a través de una pantalla gigante y celebrar el 205 aniversario de la Revolución de Mayo.
Las banderas argentinas se mezclaron con los estandartes de diferentes agrupaciones partidarias, una colorida alegoría de la diversidad que también se verá durante las celebraciones en Plaza de Mayo.