El jefe de Gabinete del Ministerio de Salud bonaerense, Pablo Garrido, explicó que la transferencia del Hospital de Wilde a la Provincia fue una decisión judicial en el marco de la causa de la cuenca Matanza-Riachuelo.
“El juez entendió que los hospitales de esa zona debían pasar a funcionar bajo la órbita del Estado provincial”, dijo y confirmó que esto “no afectará en absoluto la estabilidad laboral de los más de 300 trabajadores del establecimiento”.
El funcionario de la cartera a cargo de Alejandro Collia también aseguró que «como consecuencia del traspaso, el Hospital de Wilde no sufrirá alteraciones en su funcionamiento, en materia de presupuesto, insumos ni recursos humanos, incluso, se mantendrá la misma dirección ejecutiva”.
Por su parte, el secretario de Salud de Avellaneda, Luis Parrilla, afirmó que “la Provincia trabaja muy seriamente en el traspaso de competencia y esto implica la garantía de estabilidad laboral para los trabajadores”.
Parrilla aclaró además que se contemplarán “casos particulares” como el de personal que está cerca de la jubilación, a quienes “se les permitirá mantenerse en relación de dependencia con el municipio”.
La decisión judicial se fundó en la capacidad y experiencia del Estado provincial en la administración de 78 hospitales públicos en los cuales se internan unas 400 mil personas y se asisten más de 10 millones de consultas por año.