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Por José Luis Ponsico / Cuando está cerca de cumplir 37 años -como Juan Román Riquelme y Fabián Cubero- rubio centrocampista de Newell´s, Diego Mateo volvió de una severa, lesión de rodilla. Llevaba seis meses sin jugar. Un símbolo.
El popular «Pomelo» hizo un gol de cabeza, 2-0 a Unión en el «Coloso Marcelo Bielsa», ovacionado por su público. Fuerte, bien ubicado, se hizo sentir. Américo Gallego contento, recuperó también al pibe Ezequiel Ponce, 18 años, potente, goleador. Convocado al Juvenil Sub-20.
Un recuerdo remite a memoria futbolera de uno de los más antiguos hoy en Primera. Riquelme no está jugando y Vélez Sarsfield prepara despedida a «Poroto» Cubero, en diciembre. Mateo se hizo conocido contra River, Clausura ´97 con 18 años.
La Lepra disputaba la punta con el «millonario» y llegó al Monumental dispuesto a no perder. A dos fechas del final, River tenía que jugar luego con Vélez -sin Carlos Bianchi, en Roma de Italia, pero el mismo plantel- en el «José Amalfitani» y la «lepra» recibía a Ferro.
Mateo, flaquito, duro, ágil, anuló casi 70 minutos a Marcelo Gallardo, «cerebro» del equipo de Ramón Díaz. Jugador lúcido para poner el balón en claros a Enzo Francescoli y Marcelo Salas. Faltando veinte minutos el «Muñeco» riverplatense se fue como puntero derecho para «arrastrar» a Mateo, pegajoso marcador. El «Pomelo» lo siguió River dominaba pero no podía entrarle.
Sobre el final Juan Pablo Sorín bajó una pelota en el área de Newellś y Roberto Trotta, que no era titular, de «chilena» puso el 1 a 0 y dejó a River cerca del título. Lo insólito ocurrió después. River ganó en el Viejo Fortín y Newell´s cayó ante Ferro en el Parque Independencia. River fue bicampeón y el pibe de Ñuls, «5» implacable, pasó a Racing de Santander.
El pueblo cantábrico lo hizo símbolo allá cuando el equipo del pibe rosarino ganó el ascenso con gran participación de Diego Mateo. Como él dice: «Estoy para las difíciles». Lejos de idolatría de Gerardo Martino, del propio Marcelo Bielsa entrenador ganador, luego Maxi Rodríguez y Lucas Bernardi, el «Pomelo», «interminable» y virtual «héroe accidental».
Casi 450 partidos en Primera, pocos goles -apenas ocho- 17 años de trayectoria, «soldado» del «pico y pala» en el medio campo. Diego Mateo, jugador inoxidable.