Por Germán Celesia / El “podría” es una palabra que en el periodismo muchas veces se usa para hacer referencia a hechos no verificados, de manera de morigerar desmentidas o acciones judiciales por afirmaciones injuriosas que podrían afectar a las personas aludidas por un medio de comunicación. En el contexto de un artículo centrado en afirmaciones categóricas, verificadas con hechos comprobables, documentación de respaldo y testimonios de personas de existencia física, el condicional es un elemento que puede servir para hacer referencia a un fragmento de la historia por comprobarse. Pero cuando el “podría” o expresiones equivalentes son utilizadas 15 veces en un artículo, y son la base y no un elemento accesorio de una denuncia contra dos personas que desmienten punto por punto todo lo afirmado por un medio, entonces estamos ante una evidente operación de prensa contra las personas denunciadas.
Si a todo lo anterior se le suma que la principal persona aludida es nada menos que el hijo de la máxima autoridad de una Nación, y la acusación parte del principal conglomerado de medios opositores, entonces la intencionalidad política es clara, más aún cuando Argentina se encuentra al inicio de su período preelectoral.
“Máximo sería cotitular de dos cuentas secretas”, es el temerario título central de Clarín, en lo que constituye el tercer capítulo de una saga que firma el “investigador” Daniel Santoro y parece apuntar, como mínimo, a agregar elementos no verificados que sirvan para mantener latente la denuncia de Alberto Nisman contra la Presidenta– rechazada por cinco jueces – y otras acusaciones contra el gobierno, entre ellas la que involucra a un empresario venezolano-norteamericano – Guido Antonini Wilson – que en 2007 intentó ingresar al país una valija con dinero no declarado pero fue interceptado por la Aduana nacional.
Que se trate o no de un nuevo capítulo en el intento de provocar la caída del gobierno legal y legítimo puede ser materia de análisis. El intento de dañar al gobierno con lo que sea, en cambio, no deja espacio para la duda, más aún cuando se alude a notas anteriores llenas también de condicionales pero presentadas como verdades reveladas. Clarín se refiere a cuentas en “Estados Unidos y las Islas Caimán” y agrega que el hijo de Cristina Fernández “compartiría con Nilda Garré”, actual Embajadora ante la Organización de Estados Americanos.
Según el diario opositor, que dice poder explicar “paso a paso como se abrieron las cuentas del dinero sospechado”, en total “hubo 80 millones de dólares en depósitos”. En tapa no hay una sola palabra de la desmentida de Máximo Kirchner ni de la de Garré, lo que contribuye a crear la sensación de que se trata de información incontrastable.
Clarín habla de “sospechas de triangulación de dinero e insumos hacia Irán”, en un intento por relacionar la nueva denuncia con otras anteriores. Y utiliza no ingenuamente un impersonal – “sospechas” – para evitar identificarse a sí mismo o a su periodista como promotor de la nueva “sospecha” contra la familia presidencial. Las supuestas fuentes periodísticas citadas por Santoro serían “dos fuentes bancarias y un documento”.
Es interesante lo que dice al respecto el Prosecretario de Redacción de La Nación, Hugo Alconada Mo, otro de los “investigadores” de la prensa opositora. “Supuestas cuentas secretas de Máximo Kirchner y Nilda Garré: manejar con cautela; inconsistencias en los documentos bancarios que circulan”, afirma en su cuenta de twitter. “Los papeles bancarios que circulan desde 2011 son endebles”, agrega en un segundo mensaje a sus seguidores.
Quizás en esta valoración del hombre de La Nación haya que buscar el motivo por el cual el matutino fundado por Bartolomé Mitre no haya publicado una sola línea sobre el tema en su edición impresa, aunque por supuesto no hay que descartar la posibilidad de que lo pueda hacer en el futuro. Quien sí decidió sumar un modesto aporte a la campaña de Clarín es el diario El Cronista, que publica un pequeño recuadro en tapa y cita la misma denuncia, pero la adjudica directamente a la revista Veja, de Brasil, que como Clarín opera fuertemente contra la Presidenta Dilma Russeff y en general contra los gobiernos populares de la región.
El fin de la nota principal de Clarín de hoy trata de relacionar una de las fechas de apertura de las cuentas con el supuesto “encubrimiento” a los funcionarios iraníes acusados por agentes de inteligencia de Estados Unidos e Israel de atentar contra la sede la AMIA. “Esta cuenta fue abierta en febrero del 2011 justo cuando el canciller Héctor Timerman tuvo una reunión secreta con su par iraní en la ciudad siria de Alepo, como si ya hubiera confianza para una operación financiera. Dos años después se firmó el pacto con Irán por la causa AMIA, que el fallecido fiscal Alberto Nisman, denunció como el primer paso de una operación de encubrimiento”, afirma Santoro.
Según dijo a La Nación el fiscal opositor Germán Moldes, organizador de la marcha del 18 de febrero último, pese a los sucesivos rechazos a la presentación de Nisman, “puede mañana presentarse alguien con nuevas evidencias y podría reabrirse” la causa en la cual un grupo de fiscales y la prensa hegemónica pretende mantener bajo sospecha a la Presidenta. “Los diputados de la Coalición Cívica-ARI, Fernando Sánchez, y Paula Oliveto pidieron ayer al fiscal Gerardo Pollicita que confirme la investigación de Clarín”, dice hoy el “gran diario argentino”, confirmando esa jugada.