Por Germán Celesia / La foto de un momento del partido en el que Boca derrotó 1 a 0 a Rafaela, por la tercera fecha del torneo de fútbol local, es la imagen central de la edición impresa del diario Clarín. La foto, claro está, vale más por lo que no muestra: una verdadera multitud respaldando a la Presidenta en su último discurso ante la Asamblea Legislativa. El discurso de más de 4 horas de Cristina Fernández no sólo fue extenso sino que abarcó diversos temas, en especial los vinculados con el resultado de su gestión de casi 8 años y la de su predecesor, Néstor Kirchner. Pero los medios opositores objetan que no se refirió a dos temas centrales en la agenda hegemónica – “inflación” e “inseguridad” – y que fue consecuente en su crítica a integrantes del Poder Judicial. En ese sentido, hay un intento por presentarla enfrentando a todos los integrantes de ese poder y no sólo a los que están empecinados en dañar al gobierno a través de sus decisiones.
Donde sí aparece la Jefa de Estado es en el título central de Clarín: “Para Cristina, hay jueces fuera de la Condición”, reproduce el diario. Según Clarín, “volvió a embestir fuerte” contra esos magistrados. Además: “La oposición dijo que le faltó el respecto a la memoria de Nisman y no habló de inflación e inseguridad”, afirma en un recuadro de tapa. Y Eduardo van der Kooy alude a los conceptos de la Presidenta como fruto de un mundo de fantasía. El título induce a esa lectura: “La última función de Cristilandia”. Para el columnista, fue un discurso “latoso” pero “afloró entonces el auténtico perfil de la Presidenta, vehemente, peleador e intolerante”, lleno de “enojo” y “resentimiento” contra el fallecido discal Alberto Nisman.
Esta idea de que la Presidenta de un gobierno democrático, donde la prensa puede insultarla a diestra y siniestra sin peligro de ser denunciada por injurias o calumnias, es “intolerante” y está llena de “odio” y “resentimiento”, está presente en varios artículos del diario y del socio periodístico, La Nación.
Según Eduardo Aulicino – editor de Clarín – la Presidenta fue “del autoelogio a la campaña del temor”. Según afirma, “la campaña oficialista, que a juzgar por sus dichos debería apoyarse en atemorizar a los votantes con cambios de políticas que implícitamente adjudicó a los candidatos opositores y que, claro, empeorarían las condiciones de vida de buena parte de la sociedad”. Lo que no dice Aulicino es que varios de los candidatos opositores se han manifestado contra esas medidas e incluso han prometido quietarles sus fuentes de financiamiento, con lo cual el “temor” tendría justificativo en las propias palabras de los candidatos impulsados por la prensa opositora.
Según Facundo Landivar, “en el país perfecto que pintó ayer Cristina en su último mensaje al Congreso como Presidenta no hubo espacio para nada que no sea elogios a sí misma y palos para quiénes no aceptan con los ojos cerrados el manual completo de las verdades kirchneristas”. Es decir, la pinta como una persona necia que se empecinaría en presentar como verdadero un “manual” que para Clarín no reflejaría la realidad tal cual es.
La Nación coloca un “plano corto” de parte de los ciudadanos que se movilizaron a apoyar a la Presidenta en una foto algo más pequeña que la de la Presidenta, con lo cual opta por una manera más sutil de no reconocer la dimensión verdadera de la manifestación. En cambio, para el título central ensaya otra lectura: “Durísimo ataque de la Presidenta al Poder Judicial y a Nisman”. Así, sería un “ataque” poner de relieve por ejemplo la existencia de escritos elogiosos del fiscal hacia el gobierno que denunciaría en enero, y criticar a algunos funcionarios judiciales sería – a primera vista – “atacar” a todo el poder, aunque luego el diario aclara que se refirió a “un sector de la Justicia”. Laura Serra insiste, sin embargo, en que “acusó a los jueces” y no sólo a algunos funcionarios, además de que “atacó” a la Suprema Corte de Justicia porque dijo – por ejemplo – no encontró culpables del atentado contra la Embajada de Israel.
En los comentarios, los columnistas insisten en la pintar a la Presidenta como una persona agresiva y peleada prácticamente con todo el mundo, menos con los que la elogian, que son presentados como una minoría. El cometario de Jorge Fernández días se titula: “Diatriba y crepúsculo” y ni siquiera reconoce la masividad de la concentración de apoyo. Adrián Ventura habla por su parte de la “incomodidad judicial por las duras acusaciones” y Gabriel Sued de un “ataque a Lorenzetti”, Presidente del máximo tribunal de Justicia. Lucrecia Bullrich va al extremo en la caracterización que quiera darle la prensa al discurso de la Jefa de Estado. Habla de: “la furia presidencial”.
En línea con los dos principales diarios opositores, dice EL Cronista: “Crsitina atacó a la Justicia y a Nisman, y no hizo autocrítica”, con lo cual la presenta “atacando” a todo un poder y evitando reconcoer errores por decisiones que la prensa opositora objetó pero no el gobierno electo por la ciudadanía. En el mismo sentido, titula El Día: La Presidenta renovó su ataque al Poder Judicial”. Ambito equilibra entre el principal anuncio y la principal crítica: “Crsitina pasó todos los trenes al Estado y embistió contra la Corte”. Mención especial merece el diario Hoy, que coloca el discurso presidencial en un recuadro de tapa en el que habla de “la soberbia en su máxima expresión”, lo cual exime de cualquier comentario adicional.