“Estamos ante un momento de tentativa de desestabilización, generada a partir de una denuncia absolutamente descabellada, sin sentido jurídico, y que además es una construcción de detalles absolutamente increíbles. Yo no puedo creer que en la denuncia de Nisman se plantee que al gobierno, que tiene el manejo de las relaciones internacionales, se le ocurra usar a Luis D’ Elía como vía diplomática alternativa. Es un absurdo”, afirmó Zaffaroni luego de participar como integrante del tribunal evaluador de la defensa de tesis doctoral de Flavio Rapisardi en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.
Durante la entrevista, el exministro de la Corte Suprema y director de la maestría en Comunicación y Criminología que se dicta en la institución, enfatizó que en la denuncia del exfiscal Nisman “se da por probado todo lo que dicen una serie de ‘buscas’. En las escuchas telefónicas no aparece ningún funcionario del gobierno ¿Pruebas de qué? De una supuesta confabulación, de un plan, que aún si hubiera existido no tiene principio de ejecución, y si no hay principio de ejecución no hay tentativa, y si no hay tentativa no hay delito”.
“Yo no sé quién hizo ese escrito, pero se nota que en él intervinieron varias manos. Para mí es un borrador, no contiene consideraciones jurídicas, no respeta el estilo jurídico. Se nota que hay reiteraciones, y al mismo tiempo faltan remisiones que son propias del estilo jurídico. Al final se intenta una especie de síntesis, que sale más o menos. O sea, me da la sensación que se trató de materiales de algo que iba a ser un escrito y que fue resuelto de urgencia”, agregó Zaffaroni.
Además, aclaró que “por más que un fiscal tenga que acusar, debe mantener cierta imparcialidad porque lo alcanzan las mismas incompatibilidades que a un juez. Por ejemplo, uno no puede ser fiscal de un caso en el que intervenga su exmujer. Pero acá, hay un interés personal de Nisman: su denuncia tiene un lenguaje tremendamente enfático contra la Presidenta, y enfático con respecto a defender la verdad judicial del proceso AMIA, que es de su propia autoría. O sea que está defendiendo su acción como fiscal. Ese disparate, ese borrador, genera, junto con los medios masivos, esta tentativa de desestabilización”.
Otra cuestión a la que se refirió el exministro de la Corte fue sobre las alertas rojas de Interpol: “¿Cómo se puede pensar que el Canciller va a presentarse ante el titular de Interpol y pedirle el favor de levantar las alertas? Es otro absurdo. Incluso el propio Noble desmintió que hubiera existido un pedido de ese estilo”.
Acerca de la reciente presentación del fiscal Pollicita, que retomó la denuncia original de Nisman y la presentó ante el juzgado federal de Rafecas, el reconocido penalista dijo: “No sé cuál será el destino de esta presentación de Pollicita, que es un resumen de lo de Nisman. Ocurre que la denuncia de Nisman no contiene actos que puedan ser considerados típicos de algún delito. Por eso, aún en caso de ser verdad, estaríamos en presencia de actos preparatorios que nunca llegaron a la etapa de ejecución. El artículo 42 de nuestro Código Penal es claro: hay tentativa cuando existe comienzo de ejecución. El memorándum con Irán, según la supuesta conspiración que denunció el exfiscal de la causa AMIA, es un acto preparatorio”.
“Entonces, según Nisman, el memorándum permitiría encubrir definitivamente a los iraníes acusados mediante la comisión que se iba a crear en función del pacto. Pero la comisión ni se instaló, ni se ratificó el acuerdo por parte de Irán. Por lo tanto, ni los actos preparatorios existieron”, explicó.
Para Zaffaroni, “hay un problema muy grande en la justicia, el daño ya está hecho. Esto no es la judicialización de la política, porque eso es un fenómeno viejo y conocido. Implica que los políticos quieran valerse de la justicia. Esto es otra cosa: la partidización de la justicia. La justicia ha perdido todo límite de la relativa imparcialidad que debe observar. Una cosa es que uno tenga ideología, preferencias, somos seres humanos. Pero el pluralismo que debe haber dentro de la justicia, que es la única garantía de cierta imparcialidad, nunca puede llegar a la partidización de esta naturaleza”.
“Cuidado, que hablamos de una minoría del Poder Judicial. Además, existe una mayoría silenciosa, que entiendo que se está equivocando con su postura de no intervención ante este desprestigio de la administración de justicia. Acá hay un carro atmosférico que está explotando y que terminará de cubrir el poco prestigio que aún tiene la justicia, aunque creo que ya se ha perdido a estas alturas. Es muy difícil después reconstruir la confianza del pueblo en el derecho, y tiene razón el pueblo en no tener esa confianza porque cada vez que le mencionaron las instituciones fue para enroscarle la víbora. Entonces, profundizar esa desconfianza es muy grave”, concluyó.