Entre los asesinados se encuentra el hijo de un conocido comandante fallecido, según denunciaron medios libaneses vinculados a ese grupo armado y un grupo pro opositor sirio.
Las versiones aún difieren parcialmente según la fuente, pero todas coinciden en que dos aeronaves israelíes -algunos dicen helicópteros, otros aviones- cruzaron la frontera, entraron a Siria y mientras uno bombardeaba posiciones de Hezbollah, otro daba vueltas alrededor, garantizando su seguridad.
Medios libaneses vinculados a la milicia, como Al Manar, informaron que los ataques israelíes estuvieron dirigidos contra dos autos que recorrían la zona de Mazaare al Amal, mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, informó que las bombas cayeron sobre dos autos y una casa en una localidad vecina.
Dos fuentes de Hezbollah, que no quisieron revelar sus nombres, dijeron a la agencia de noticias Europa Press que en los bombardeos murieron al menos cuatro combatientes de Hezbollah, entre ellos Jihad Moughniyah, el hijo de un conocido comandante de la milicia libanese, que estaba en la lista de los más buscados de Estados Unidos e Israel, y fue asesinado en Damasco en 2008.
Inmediatamente después de conocerse el ataque israelí, los medios de la región y los occidentales lo interpretaron como una escalada por parte de Tel Aviv luego que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, amenazara públicamente con responder «en cualquier momento» a los repetidos ataques aéreos y terrestres de Israel contra territorio sirio y libanés.
En un discurso televisado, Nasrallah había advertido además el viernes pasado que posee misiles iraníes de largo alcance desde 2006. Un arma de este nivel puede alcanzar cualquier parte del territorio de Israel, al igual que los países vecinos de Medio Oriente.
En 2006, Hezbollah enfrentó una nueva invasión israelí. Esta vez sólo duró un mes, pero dejó más de 1.700 libaneses y 165 israelíes muertos. La mayoría de las víctimas libaneses fueron civiles, mientras que entre los israelíes que fallecieron sólo se contaron dos civiles.