Mariela González, de 35 años, se acercó al Instituto Médico Agüero en mayo de 2013 porque tenía dolor de espalda. Le dijeron que se trataba de una contractura muscular y la mandaron de nuevo a su casa, según contó su marido, Luis. Pero Mariela sufría mucho dolor, por lo que a los pocos días volvió a la clínica y los obstetras notaron que el bebé estaba muerto. Le practicaron una cesárea y quedó internada en terapia intensiva.
A los tres días, la mujer entró en coma farmacológico y murió en la clínica. “Me dijeron que murió por una hepatitis fulminante. Ahora se dieron cuenta, si no la revisaron ni le hicieron análisis. No hicieron nada, la atendieron mal, como un animal”, dijo el esposo a C5N.
La Justicia de Morón ordenó la detención de siete médicos del que fueron denunciados por mala praxis, además las autoridades judiciales allanaron el instituto y encontraron las historias médicas de Mariela. De los siete acusados, uno se presentó a declarar y fue liberado, dos fueron detenidos y hay cuatro que se encuentran prófugos.
“Nosotros nos basamos en una pericia médica donde los médicos concluyen que si hubiesen diagnosticado el Sindrome de Hellp que era lo que presentaba en la primera consulta, hubieran salvado al bebé. Y como consecuencia de eso, le hubiesen hecho la cesárea con antelación y hubiesen salvado a la madre”, explicó la fiscal de la causa, Cecilia Cortfield.
Además, detalló que los profesionales que recibieron primero a la paciente están acusados de “doble homicidio culposo” mientras que los que la atendieron tras constatar la muerte del bebé lo están por “homicidio culposo”. “Entendemos que ese bebé por nacer es persona, si es persona y no se lo cuidó, también debe estar protegido por el Código Penal”, señaló la fiscal.