Por José Luis Ponsico / Diego Martín Cocca, 42 años, se convirtió en uno de los hombres del año. Técnico «práctico», reivindica «el fútbol bien jugado», prédica de César Luis Menotti, al que el joven DT frecuenta. Alcanzó mayor equilibrio en La Academia cuando el equipo pasó «la prueba» de Boca Júniors, en «La Bombonera». Racing ganó seis partidos 1-0 y el arco invicto en nueve.
Curiosamente, jugando con «mucha cautela» de visitante para ganar con «zarpazos» del recuperado Gustavo Bou. Llegó como suplente y el pase en su poder. Los «milagros» de Diego Cocca: Defensa y Justicia, 79 años de vida, en Primera. Racing ganó después de trece.
Cuando el DT llegó a Racing, hace seis meses el panorama era otro. En el club se estaban yendo «las joyas» Rodrigo De Paul, Luciano Vietto, antes Luis Fariña, al tiempo que dejaba el fútbol Mauro Camoranesi, que se fue en silencio.
El idolatrado Reinaldo Merlo no encontró la vuelta luego de doce años del título en el Apertura 2001. «Mostaza» antes del Mundial de Brasil estaba “afuera” por tercera vez. Le pasaba lo mismo que a su admirado Alfio Basile, en el tercer regreso, enero 2012. Duró poco.
De repente, la directiva que encabezó el empresario hotelero Víctor Blanco dio un golpe de timón: la contratación de Diego Cocca. Con él llegaron 12 futbolistas, un equipo totalmente nuevo.
Nada hacía presagiar el momento sublime vivido al final del torneo. Racing y vuelta olímpica después de trece años. Pocos recordaban la gloria racinguista entre 1913 y 1925, cuando repitió hazañas de Alumni. Ganando nueve campeonatos. En este tiempo, las cosas “pintaron” distintas.
Uno de los últimos contratados, el entrerriano Gustavo Bou, suplente en Gimnasia y Esgrima de Pedro Troglio. Cuestionado hasta septiembre de este año, desde el arranque. Se venía el proceso electoral.
Racing vivió frustraciones con Rodolfo Molina, Gastón Cogorno y en el fútbol con Roberto Ayala.
El ex presidente Daniel Lalín, precandidato hace dos meses, se apuró cuando Racing cayó ante Independiente, clásico que iba ganando. Llegó a decir: «Si gano, echo a Cocca». Un momento difícil.
De los doce nuevos, Ezequiel Videla, ex Instituto de Córdoba y Colón, rápidamente ganó el centro del campo. Dejó atrás a Cerro e hizo olvidar a otros «5» que tuvieron su apogeo: Claudio Yacob y Agustín Pelletieri
Atrás se afirmaron Luciano Lollo, ex Belgrano de Córdoba y el pibe de inferiores Yonathan Cabral, hermano de Gustavo, ex Racing y River, en España. Lo mismo, el zurdo Leandro Grimi.
Racing cayó por goleada contra Tigre 1-4 en Victoria y Nicolás Sánchez, uno de los baluartes defensivos contra River en racha final, perdió el puesto de segundo marcador central. Cocca supo rearmar al equipo defensivamente. Terminó con seis partidos sin goles en contra.
En el recambio, Nelson Acevedo en espera. Marcos Acuña, promesa que llegó de Ferro. Sin dejar de lado al cerebral, Gastón Díaz, ex Gimnasia, asistente por derecha. Todos importantes. Pegada, «un guante» en su pie y «fabricante» de seis goles. Algunos decisivos.
El equipo se afirmó luego de hazaña en La Bombonera en septiembre y comienzo del ciclo goleador de Gustavo Bou, llevado a la Primera de River por Diego Simeone en abril de 2008. De pronto, el entrerriano «explotó». Hizo goles decisivos.
Vivo, astuto, fuerte, encarador, mucho desmarque, pegada y hasta cabeceador. Todas virtudes «escondidas» tras paso por Liga Universitaria, Olimpo, River de regreso y Gimnasia y Esgrima.
La «perla» Diego Milito, lesionado ante Independiente, siempre una pelota al claro o una devolución acertada. Complemento de Bou y dejando casi por obligación -salvo contra Quilmes, cuando se enojó mucho- su lugar a Gabriel Hauche, rápido, tenaz.
Cocca dijo varias veces: «El que mejor juega es River, pero en el torneo lo más difícil es mantener un rendimiento».
«Racing, de menor a mayor y a dos fechas llegamos a la punta; nos dimos cuenta que estábamos para ganar», comentó y agregó: «Prefiero perder el clásico y ganar el torneo». Lo condenaron y estigmatizaron… Ahora es idolatrado.
Notoria mejoría en defensa, permitió ganar seis partidos por mínima diferencia 1-0; goles no demasiado académicos. El zurdazo de Bou contra Banfield quiso ser centro; el “bombazo” contra Quilmes, se abrió la barrera.
En el encuentro decisivo, triple carambola ante la defensa de River, atónita, tres contra uno, dejó servido otro 1 a 0 y el torneo. El zurdo Ramiro Funes Mori se la llevó por delante. Fue gol en contra. «El del campeonato».
Racing, como su entrenador, con mucha humildad, dio vuelta su propia historia con pasajes de infortunio. Muchas veces.
La fiesta se prolonga. También la estadística con River -el «millonario» le lleva más de 40 triunfos- en partidos definitorios. Los recuerdos de Néstor Fabbri en 1988 y Gerardo Bedoya en 2001 revivieron en la alegría racinguista. Con Cocca como “socio del silencio”.