Los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en el estado Guerrero pidieron que el papa Francisco exija al Estado mexicano la aparición con vida de sus parientes y se pronuncie públicamente sobre el caso, así como que los reciba «a mediados del año próximo».
Lo hicieron ayer, mediante unas cartas que entregaron al nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, en una reunión privada que mantuvieron luego de que el prelado celebrara una misa en el patio de la escuela normal rural de Ayotzinapa en la que estudiaban los jóvenes.
En la nota, los parientes pidieron a Pierre y al arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias, que apoyen su solicitud de que el pontífice se pronuncie sobre el caso mañana, en la homilía de la misa de Nochebuena.
«Les pedimos que manden el mensaje al Papa; estamos solicitando su apoyo para que lleven la voz y el dolor al Papa, para que en su homilía pida por los normalistas», informó Felipe de la Cruz, vocero habitual de los padres de los muchachos desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado.
Tanto Pierre como Garfias expresaron el apoyo de la Iglesia católica a los familiares. «Como Iglesia, hemos ofrecido el acompañamiento espiritual y psicosocial, atención y cercanía, así como oración permanente en toda la Iglesia en México», dijo el segundo.
«Buscaremos el diálogo directo para poder hacer llegar a las autoridades la petición de los padres de los jóvenes desaparecidos», que «hacen una petición para que sean recibidos a mediados del año próximo por el Papa», agregó el prelado.
Durante la homilía de la misa, Pierre reconoció que «cuando uno sufre lo peor es sentirse solo y abandonado», y les aseguró a los parientes de los jóvenes desaparecidos que «el Papa está con ustedes».
En tanto, otros de los padres reiteraron su profundo dolor y su impotencia por el hecho, y afirmaron, en un video difundido hoy en el sitio web Youtube, que pasarán una Navidad triste.
«En mi casa ya no va a haber Navidad porque siempre tengo el recuerdo de mi hijo», dijo entre lágrimas Margarita Zacarías Rodríguez, madre de uno de los desaparecidos.
«Mi hijo no está; malos recuerdos quedan», señaló con la voz entrecortada Estanislao Mendoza, que en las imágenes aparece con la foto de su hijo ausente.
«Va a ser una Navidad triste sin él y sus compañeros», agregó María Inés Abraján, también acompañada de una foto de su sobrino desaparecido.
El 26 de septiembre, policías municipales de Iguala, en el estado Guerrero, atacaron a un grupo de alumnos de la escuela normal rural de Ayotzinapa y a otro de futbolistas juveniles, dejando en conjunto seis muertos, 25 heridos y 43 estudiantes desaparecidos.
Según confesiones de algunos de los 80 sospechosos detenidos por el caso, los 43 estudiantes fueron entregados a miembros de la organización criminal Guerreros Unidos, quienes, junto a policías de Cocula -municipio cercano a Iguala-, los asesinaron y calcinaron sus cuerpos.
Semanas atrás, el Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Innsbruck, en Austria, identificó a uno de los 43 jóvenes, por lo que, legalmente, los desaparecidos son 42.