La reautopsia, realizada por peritos de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires arroja datos que resultan contundentes e incontrastables: en el cráneo se constató la existencia de orificios de entrada y salida de bala, y se hallaron fragmentos metálicos diversos y restos de pólvora; todos estos elementos no revelados en la primera autopsia, informaron desde la CPM.
Por esto, en el informe final de la autopsia presentado el pasado 2 de diciembre, las médicas actuantes, Dras. Nora Viviana Sotelo y Maria Andrea Pons, concluyeron que “la causal de muerte de Nicora Sebastián de 16-17 años de edad, se produjo por traumatismo craneoencefálico con destrucción de masa encefálica, producido por proyectil de arma de fuego que ingresando por región frontal izquierda realizó una trayectoria de adelante hacia atrás, levemente de izquierda a derecha y levemente de arriba hacia abajo”.
En estos meses, se realizó una innumerable cantidad de audiencias de las que participaron tanto personal policial de Verónica y Punta Indio, como vecinos con conocimiento de algunas circunstancias del caso; además, se pidieron informes en relación al recorrido de los móviles policiales y a cruces de llamados telefónicos. Finalmente se solicitó la reautopsia del cuerpo cuyo resultado se conoció este viernes.
Esto constituye un valioso aporte en la causa y desestima completamente la versión avalada por los resultados de la primera autopsia realizada por el médico policial Dr. José Daraio, que dieron lugar a la hipótesis del golpe en la frente como causal de muerte. Durante más de un año se trabajó desde la Fiscalía con esta hipótesis acerca de los hechos que condujeron a identificar a Santiago Trébol, amigo de la víctima, como posible autor del asesinato. A fines de 2013, Trébol fue sobreseído.
Con la presentación de este informe pericial, la CPM considera que hay variados y contundentes elementos probados en la causa que deben ser la base para un avance rápido y efectivo en la investigación que permitan acercarnos a la autoría, complicidades y móviles del hecho.
Desde la CPM pedimos un fuerte compromiso tanto de los poderes locales como provinciales, especialmente de la Procuración bonaerense y de la fiscal a cargo. Es necesario tomar medidas urgentes que permitan conocer la verdad y eviten la impunidad. Sobre todo teniendo en cuenta que, hasta el momento, en esta causa los únicos avances han venido de la mano de la lucha de la mamá de Sebastián y sectores comprometidos con la defensa de los derechos humanos. Fernanda debió soportar no sólo el dolor por el asesinato de su hijo sino también ser permanentemente re-victimizada por la policía y la justicia.
El caso de Sebastián Nicora confirma la existencia de prácticas sistemáticas en el seno de las fuerzas policiales que contribuyen a garantizar la impunidad. Es imperioso que la justicia explique por qué la policía de Punta Indio actuó de este modo y establezca las responsabilidades que tiene en el asesinato.
No fue la investigación judicial sino el impulso de la madre con el acompañamiento de la CPM lo que permitió constatar irregularidades y delitos graves tales como alteraciones en la escena del crimen, allanamientos ilegales, adulteración de medios de prueba, incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimientos, entre otros. Corolario de esta secuencia de datos que solamente confirman las sospechas que desde el principio sostuvo la madre de Sebastián, es el reciente informe pericial.
El cuerpo de Sebastián Nicora apareció el 14 de febrero de 2013 en la playa del balneario El Pericón de Punta Indio. Tenía 16 años y murió de un fuerte golpe en la cabeza. El defensor penal juvenil, Julián Axat, denunció el año pasado la existencia de un “círculo de impunidad” en torno a una seguidilla de muertes violentas de jóvenes de la Región Capital, entre ellos el propio Sebastián Nicora.