Los líderes de Quebracho, Esteche y Lescano, se encuentran privado de su libertad desde diciembre de 2013 por un escrache a un local del ex gobernador neuquino Jorge Sobisch, en 2007. Los militantes están realizando un acampe desde el último miércoles frente a Comodoro Py y al penal de Ezeiza para reclamar la liberación de los presos políticos. En tanto, este miércoles al mediodía, marcharán y llevarán a cabo un acto para reiterar el pedido.
“Durante la mañana del domingo, amparado en la escandalosa impunidad que lo rodeó desde un primer momento, Jorge Sobisch fue a votar en las internas del MPN donde era precandidato a conducir el partido neuquino. Lo hizo como si la muerte de Carlos Fuentealba sólo existiera para otros, como si no hubiera sido Sobisch, durante su segundo mandato al frente de la gobernación de Neuquén, quien dio la orden de reprimir a los maestros que cortaban la ruta 22 para pedir una mejor educación para los chicos”, manifestaron desde la agrupación.
“Si bien el policía Darío Poblete fue condenado a prisión perpetua, en Zapala goza de inauditos privilegios, entre ellos, el de pasear tranquilamente por las calles de esa ciudad. El resto de los miembros de la cadena de mando policial fueron sobreseídos hace un par de meses –agregaron–. En tanto, el único lugar que pisó Sobisch tras el asesinato de Fuentealba fueron los estudios de televisión. La justicia nunca le pidió explicaciones”.
En la misma línea, cuestionaron que autores intelectuales de salvajes represiones, “como Sobisch, Duhalde, De la Rúa”, quedaron libres, mientras que “si los autores intelectuales vienen del otro lado, de los que luchan, mágicamente, la justicia se agiliza”.
“Se arman causas contra los militantes populares y la autoría intelectual de nuestros compañeros Fernando Esteche y Boli Lescano es determinante. No importa que se los condene por tres vidrios rotos en un local vacío y mucho menos que se haya comprobado en primera instancia que Fernando no estaba presente ese día. Es autor intelectual. Ambos son militantes populares. Culpables”, señalaron.
Por último, concluyeron: “Sabemos que esa es la culpa que, en realidad, quieren hacernos pagar: la de luchar del lado del pueblo. Y a esta altura deberían saber que nunca aceptaremos culpa alguna por eso. Seguiremos peleando hasta las últimas consecuencias por lograr que los asesinos de Fuentealba, los intelectuales y los materiales, paguen con creces por lo que hicieron”.