Este jueves y viernes se desarrollará simultáneamente en el edificio “Néstor Kirchner” de la Facultad de Periodismo de la UNLP y en el Anexo del Senado de la provincia de Buenos Aires el ciclo de cine “Hasta la memoria siempre”, donde se proyectarán películas de Jorge “El tigre” Cedrón, junto con producciones de realizadores de la Facultad de Periodismo.
El director del programa Periodismo, Medios y Dictadura de la unidad académica, Flavio Rapisardi, dialogó con esta agencia antes de participar en uno de los paneles del encuentro. “Esta jornada se inscribe en el campo de la batalla cultural”, explicó y sostuvo que “en este marco, esa lucha por recomponer un nuevo modelo de país, hace necesario apelar a distintas formas que son: la lucha política, el activismo judicial, y la batalla cultural”.
De ese modo, Rapisardi, quien además se desempeña como secretario académico de la Maestría de Comunicación y DDHH de la UNLP, valoró “la importancia de poder articular un cruce entre trabajadores de la cultura, la academia, y la militancia, tanto a nivel organizativo como en la presentación de estos materiales”, y destacó los lugares de presentación de los materiales cinematográficos porque “significa un avance en articulación de políticas públicas”.
“Estas son articulaciones que se tienen que pensar a futuro porque la irreversibilidad de los proyectos deben ser pensadas en términos de construcción de base social y articulaciones institucionales. Memoria, Verdad y Justicia es bisagra, no es sólo encarcelar a unos locos, sino es pensar un modelo de país”.
Sobre esta iniciativa cultural que se enmarca en el trabajo que se viene realizando a partir de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, Rapisardi remarcó que “la presencia de estudiantes, de investigadores, de docentes, de funcionarios públicos y de académicos, lo que hace es articular un nuevo tipo de política no sólo pública sino también académica”.
“En este concepto, la universidad es pueblo, no está sobre él. La universidad está en la gestión y es parte de las políticas públicas de un Estado progresista y donde no debe seguirse pensado en términos neoliberales ni tampoco en la izquierda abstracta como un enemigo sino como un socio en la construcción de los procesos de emancipación”.
Asimismo, el académico afirmo que “a partir del juicio y castigo a los responsables del último genocidio estamos juzgando y poniendo en crisis un modelo, no sólo encarcelando a militares y civiles cómplices de un proceso”, y de ese modo consideró que “no podemos avanzar en el resto de los derechos sino hacemos el juicio a los genocidas de la última dictadura”.