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Por José Luis Ponsico / «Toda militancia política tiene un valor en sí misma; pertenecer a un partido político, antes a un movimiento político y social, enaltece los valores de las personas en el compromiso y defensa de ideales. En el caso de los deportistas, muchos olvidados». La expresión pertenece a Juan Carlos Guzmán, 73 años, líder de Futbolistas Solidarios, mutual que reúne a grandes figuras del balompié de los ´60 y 70 que se refirió al tiempo de la censura de deportistas peronistas, desde 1956 en adelante.
La Garza Guzmán, como se lo conoce, defensor de Independiente en el ´64 y 65 doble campeón de América, luego finalista de la Copa Libertadores con River en el 66, recordado equipo formado por Renato Cesarini, explayó sobre «los olvidados».
«Imposible olvidar cuando el peronismo estuvo proscripto a partir de marzo del ´56 con el decreto 4161 a grandes deportistas que habían mantenido relación con el general Juan Perón y la compañera Evita», evocó.
«La memoria remite a la gran tenista Mary Terán de Weiss, perseguida, censurada, maltratada por la prensa, cuando entre los´40 y 50 había logrado más de 500 triunfos en los courts de todo el mundo. Sólo por ser peronista», agregó.
«Tampoco puedo dejar de mencionar al gran maratonista Delfo Cabrera, ganador de la medalla de oro en Londres, 1948, con aquella entrada al Estadio de Wembley que resultó inolvidable. En el ´56 lo habían destinado a una oscura oficina en el Botánico”. «Lo mismo ocurrió con Jorge Batiz, notable ciclista nacido en Tandil, radicado en La Plata, doble recordman mundial, Velocidad, medalla de oro Panamericanos de México ´55. Se tuvo que ir a Italia. Donde fue subcampeón mundial», puntualizó.
«El gran Enrique Omar Sívori, estrella del fútbol mundial en la Juventus, Italia, era el único futbolista argentino que iba a visitar al general Perón en su exilio en Madrid; en medio del odio generalizado en la Argentina», subrayó Guzmán.
«Todas las militancias políticas deben ser honradas; hoy muchos jóvenes se ocupan de los necesitados y defienden las ideas, pero aquéllos deportistas pusieron la cara, su nombre, apellido y prestigio en el momento de la censura y persecución», concluyó.