En la actividad, que se llevó a cabo este jueves en el Edificio B de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y fue coordinada por el Director del Departamento de Educación Física de dicha unidad académica Carlos Carballo, disertaron: la Decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Florencia Saintout; la Decana de la Facultad de Bellas Artes, Mariel Cifardo; y el Decano de Humanidades y Ciencias de la Educación, Aníbal Viguera.
La Decana de Periodismo y Comunicación Social, Florencia Saintout agradeció la invitación al panel y celebró que participen personas de diferentes ámbitos académicos porque “para pensar y hacer el mundo se logra trabajando en conjunto”. Saintout comenzó su exposición afirmando que para pensar la inclusión desde la comunicación “hay que decir que la comunicación, en la modernidad, estuvo atravesada por diferentes visiones y divisiones del mundo: Por un lado lo legitimado, que es blanco, que es macho; por otro lado lo negado, que es lo negro, lo oloroso; algo que generó que hayan ciertos dueños de la cultura y también del periodismo”.
En esa línea planteó que esas condiciones se generaron por un mapa centrado en grandes medios hiperconcentrados que “se apropiaron de lo que podía ser la palabra y siempre estuvieron en pocas manos”, además de ser “coautores del horror en la dictadura, y la voz de ciertos poderes hegemónicos en democracia”.
“Los medios han sido lugares que decidían qué decir, qué justicia hacer, cómo debía ser la educación”, agregó la académica, y señaló que “fueron construyendo condiciones de la vida en las que algunos entraban y otros no”. En ese sentido planteó que el lenguaje quedaba afuera para las mayorías y lo popular aparecía como objeto de burla, y por todo esto “los medios fueron armado qué era lo social, quienes eran los que entraban y hasta a quienes había que echar y exterminar”. “Además fueron legitimados por públicos consumidores crueles con los otros”, añadió.
“Hoy, en nuestra región, esas concepciones se han visto revueltas, trastocadas de manera emancipadora”, estableció la Decana de Periodismo, “lo que generó que se estén poniendo en cuestión las estructuras de poder”. Por eso estableció que gracias a que se han llevado a cabo políticas públicas como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, “que definen a la comunicación como un derecho, en estos tiempos de lucha se la ha democratizado y planteado nuevos horizontes para la inclusión en materia de comunicación”. “Para nosotros inclusión es reconocer la diferencia desde la pluralidad de voces, de imágenes, de sentidos bajo una plataforma de igualdad de oportunidades”, agregó Saintout.
La académica manifestó que este nuevo escenario de medios “revuelto” que da cuenta de “un rey desnudo”, generó que lo que dicen los medios hegemónicos “no sea lo justo para una importante parte de la población, y que ya no se piense que estos mapas no pueden ser derrotados, así como, fundamentalmente, que se pueda pensar en nuevos marcos legislativos desde el sur y para el mundo”.
“Esto significa abrirnos a desafíos comunes y no sólo pensar en nuevos medios, sino otros medios, lo que significa que otras lenguas puedan hablar y que se formen otros públicos que puedan diseñar la historia para transformar la realidad”, dijo y agregó: “Siempre los más dan más garantías de que estamos en un proceso emancipador”.
Por su parte, la Decana de la Facultad de Bellas Artes, Mariel Ciafardo, manifestó que para vincular la inclusión desde las artes hay que definir el arte y los artistas, porque son conceptos “muy estereotipados”. En ese sentido comentó que el gran estereotipo es que “el arte es para los dotados, algo que es alimentado por las industrias culturales, por las familias, las instituciones”. “Incluso por el sistema educativo, agregó la Decana de Bellas Artes, “ya que los niños a temprana edad cantan, juegan, hacen ejercicio, pero cuando ingresan a la escuela empiezan a decir que no saben cantar, que no saben hacer deporte, porque muchas veces los docentes se dedican a cazar talentos en vez de estimular la producción artística desde el pensamiento de los alumnos”.
“Muchas veces se dice, despectivamente, que el adolescente que estudia música está todo el día con la guitarrita; ¿se pretende que se le dé un microscopio?, se preguntó Ciafardo, quien estableció que “todas esas son condiciones generan exclusión y dan la pauta de que hay que analizar qué contenido se le da a las políticas en esa materia”.
En esa línea planteó que para modificar la cultura hace falta redimensionar conceptos, discursos, y manifestó que eso se ve en lo que “hoy se ve como políticas de Estado que son la Ley de Música, del Intérprete, el impulso al cine nacional y la creación del Ministerio de Cultura, así como la profundización de la inclusión en la Universidad, que vienen en voluntad de democratizar la producción y la circulación de la cultura”.
El Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Aníbal Viguera, reflexionó que para pensar políticas públicas de inclusión social hay que “retomar el concepto de capacidad, que es la disponibilidad diferencial de libertad para elegir opciones de vida de cada sujeto, lo que significa que distintos grupos sociales ocupen lugares cuyos beneficios sean cada vez más iguales en materia de salud, deporte, educación”.
En ese sentido planteó que la estructura social está formada por posiciones de desigualdad que hay que quitar bajo un nuevo paradigma de estructura social emancipador en el que el Estado sea el que “avance desde lo público como el control social sobre los intereses privados, para incluir desde la igualdad de capacidades, que no es lo mismo que oportunidades, porque las capacidades aumentan posibilidades efectivas de hacer dentro de lo social”.