Berenice Timpanaro, coordinadora general de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional y ex directora de Violencia Institucional del Ministerio de Seguridad de la Nación dijo: “Es importante que desde ese ámbito se pueda avanzar en todo lo que tiene que ver con la memoria, porque es ocupar lugares que han albergado violencia institucional”, y agregó “esto incita a ir por más desafíos”.
Dialogó con AgePeBA sobre la criminalización de la pobreza, la corporación judicial y las fiscalías especializadas en violencia institucional. A su vez, se refirió al caso de Luciano Arruga “destacamos la lucha que hizo Vanesa Orieta y la familia de Luciano, junto al resto de las agrupaciones que acompañaron”.
“Esta situación lamentablemente atraviesa a todo el país, no podemos dejar de mencionar la desaparición y el asesinato del joven Franco Casco Santa Fe”, añadió.
En ese marco, la abogada respaldó el proyecto que se plantea desde el Senado bonaerense para combatir la violencia desde las instituciones del Estado: “las Fiscalías Especializadas en violencia institucional pueden ser muy importantes porque se ocuparían de estos episodios desde una mirada descentralizada”, y sostuvo que “así, el poder judicial se va a ver en la responsabilidad de investigar esos hechos desde la especificidad que tienen”.
Asimismo, Timpanaro celebró la aprobación del Senado de la Provincia para la expropiación del destacamento policial donde estuvo detenido Luciano Arruga. “Es importante que desde ese ámbito se pueda avanzar en todo lo que tiene que ver con memoria, porque es ocupar lugares que han albergado violencia institucional”, y agregó que “esto incita a ir por más desafíos”.
La ex directora de Violencia Institucional del Ministerio de Seguridad de la Nación se manifestó contraria al carácter corporativo que representa hoy al Poder Judicial. “Muchas veces se habla de la independencia del poder judicial y escuchamos discursos donde se rasgan las vestiduras, pero muy pocas veces ponen en crisis que también el Poder Judicial tiene que ser independiente de la policía”.
“El problema sigue siendo que la corporación judicial se termina eligiendo a sí misma, legitimándose y eso no hace más que no conmoverse frente a situaciones que sólo le suceden a los sectores más vulnerables. Sabemos que hay diferentes tratamientos cuando desparece alguien en Recoleta o en Palermo que cuando desaparece un pibe pobre”, destacó.
Berenice Timpanaro también se refirió a la proyecto de reforma del Código Procesal Penal de la Nación: «vemos que es positivo que se rediscuta el Código. Vemos que a nivel nacional estamos mucho más atrasados que experiencias que tuvieron lugar en algunas provincias del país”, y añadió que “es una deuda de la democracia tirar las cartas para que se discuta ese tema”.
“El desafío para discutir eso no tiene que ver con consolidar el poder de corporaciones que históricamente criminalizaron la pobreza, sino que al contrario, hay que entender que los hombres son buenos y controlados son mejores. Debemos poner cuestiones más precisas que limiten mucho más porque las corporaciones siempre reinterpretan todo en función de consolidar su propio poder”.
En ese sentido consideró que “es importante que sean determinados los roles dentro del procedimiento penal, pero que eso no implique legitimar prácticas y consolidar poderes que terminen criminalizando a la pobreza”.