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Raúl Viglizzo fue el último miembro de la Concentración Nacional Universitaria en ser detenido por la Justicia Federal. Fue en enero de 2013, luego de permanecer más de tres años prófugo. Ayer, el Juzgado Federal Nº3 de Mar del Plata elevó a juicio oral la causa en la que está imputado y lo suma así a los otros diez acusados de haber cometido delitos de lesa humanidad como integrantes de aquella patota paramilitar en Mar del Plata durante los años previos a la última dictadura cívico-militar. Todos deberán responder por el delito de asociación ilícita. Viglizzo y otros cinco, además, están acusados de homicidios múltiples. El grupo delictivo de la CNU se completa con Federico Delgado y Salvador Ullúa, que permanecen prófugos, y Daniel Ullúa y Beatriz Arenaza Corres, que permanecen libres en España, luego de que ese país no les concediera la extradición: estaban acusados por asociación ilícita, un delito que el país europeo no consideró de lesa humanidad. El juicio aún no tiene fecha. La elevación a juicio de la causa de Viglizzo llegó a diez meses de su detención y a un año de la elevación general. Señalado como uno de los ideólogos de la patota parapolicial de derecha que actuó en Mar del Plata, con epicentro en lo que fue la universidad provincial de esa ciudad, como un apéndice de la Triple A en los años previos al golpe, se entregó en enero pasado. Tras permanecer prófugo desde 2010, se presentó ante el juzgado federal a cargo de Santiago Inchausti y quedó detenido.
Según el expediente, Viglizzo está acusado de integrar una asociación ilícita junto con Marcelo Arenaza, Juan Carlos Asaro, Juan Pedro Asaro, Luis Roberto Coronel, Mario Ernesto Durquet, José Luis Granel, Roberto Alejandro Justel, Raúl Rogelio Moleon, el ex fiscal Gustavo Demarchi y el militar retirado Fernando Alberto Otero. El fin de esa asociación era la “persecución sistemática de opositores”, según publica Página/12.
En el marco de su funcionamiento, esa asociación mató a, por lo menos, ocho personas. Enrique Elizagaray era el presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad provincial de Mar del Plata. El militar retirado Jorge Enrique Videla era tío de Elizagaray; Guillermo y Jorge Lisandro, sus primos. Bernardo Goldemberg era médico, pero estaba ligado a esa casa de altos estudios. Todos fueron asesinados por la patota durante la misma mañana de marzo de 1975: el hecho pasó a recordarse como “el cinco por uno”. Por esos hechos están imputados Viglizzo, Demarchi, Durquet, Moleón, Asaro y Otero. Los testimonios indican que las cinco muertes fueron planificadas en el velorio de Ernesto Piantoni, el jefe máximo de la CNU, blanco de Montoneros.