Por vigésima tercera ocasión consecutiva, el principal foro de las Naciones Unidas llama de manera categórica al levantamiento del bloque aplicado por Estados Unidos contra Cuba desde más de medio siglo.
En la Asamblea, el documento que pide a la Casa Blanca terminar sus sanciones fue respaldado por 188 de los 193 miembros del organismo internacional. Sólo votaron en contra Estados Unidos e Israel, mientras que Islas Marshall, Micronesia y Palau se abstuvieron.
La resolución reitera su convocatoria a no promulgar y ejecutar acciones contrarias a la soberanía y la igualdad de los estados, la no interferencia en sus asuntos internos, y la libertad de comercio y navegación; propósitos y principios consagrados en la Carta de la ONU.
Asimismo expresa preocupación por el carácter extraterritorial del bloqueo norteamericano, manifestado en la aplicación de leyes como la Helms-Burton, de 1996.
Las votaciones en la Asamblea sobre la necesidad de poner fin al cerco mantenido por 10 presidentes estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, comenzaron en noviembre de 1992.
Washington ha ignorado el reclamo casi unánime de la comunidad internacional, que en la última década ha apoyado con más de 180 votos las iniciativas presentadas por Cuba.
Embajadores latinoamericanos declararon a la agencia cubana Prensa Latina que esa postura de Estados Unidos, amparada en su poder de veto en el Consejo de Seguridad, ratifica la urgencia de transformar la ONU.
“Más que una reforma necesita una revolución, encaminada al respeto de las decisiones de la mayoría y a los principios de la igualdad soberana de los estados y la no injerencia en los asuntos internos de los mismos”, subrayó el representante permanente boliviano, Sacha Llorenti.
Por su parte, el embajador de Ecuador, Xavier Lasso, advirtió: «Nosotros seguiremos condenando las sanciones contra Cuba, no importa que no sean vinculantes las iniciativas adoptadas por la Asamblea, las cuales quedan en la conciencia planetaria».
El bloque económico, comercial y financiero, aplicado contra la Isla desde 1960, afectó a la isla por más de un billón de dólares.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció en la Asamblea General de la ONU que los daños humanos por el bloqueo crecen y su impacto resulta imposible de calcular. «Son ya el 77 por ciento de los cubanos los que nacieron bajo estas circunstancias. El sufrimiento de nuestras familias no puede contabilizarse», advirtió.