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Por José Luis Ponsico / Cuando se cumplen treinta años de la llegada del «pibe de la rabona» en el fútbol televisado que se conocía como «Promoción ´83» y más tarde «Esperanzas ´84», Claudio Borghi se fue enojado de Argentinos Júniors.
«Es mí casa», dijo siempre el popular «Bichi», hijo pródigo del club de La Paternal. Esta vez, «segundas partes» no fueron buenas. Lo reemplazó Néstor Gorosito, otro técnico que ya estuvo
en la Asociación Atlética Argentinos Júniors y es alguien «de la casa» aunque no haya jugado ahí.
Hace cuatro años en una arremetida inolvidable cuando parecía que el Clausura ´2010 se lo llevaba Independiente, Argentinos Júniors dirigido por Borghi ganó impecablemente el torneo. Aparecieron como claves varios futbolistas, todos transferidos. Ortigoza, Mercier, Caruzzo, Gentiletti, Prósperi, entre otros.
Borghi, nacido en Castelar 28-9-64 llegó con su técnica de delantero virtuoso hace algo más de treinta años. Siempre se refirió a Argentinos Júniors como «su lugar en el mundo del fútbol». Todavía se leen pintadas por la avenida San Martín: «Bichi estamos con vos».
Deslumbró en el ´85, fútbol de «tacos» y «rabonas». Argentinos Júniors, José Yudica director técnico ganó Copa Libertadores -por penales a América de Cali- y finalista en la mañana de Tokio con Juventus, Italia, tiempos de Michel Platini y Michael Laudrup.
Jugó quince años en distintos clubes de la Argentina, Italia, México y Chile. Pasó por veinte equipos donde tanto en Milan, Italia, luego River, aquí, no pudo deslumbrar como lo había hecho en Argentinos Júniors. Tampoco brilló en el Mundial ´86, convocado por Carlos Bilardo.
A fines de los ´90, luego extensa trayectoria como futbolista empezó su carrera de entrenador. En Chile, donde jugó varios años, tuvo un plano destacado. Dirigió a Colo Colo, el club más popular y obtuvo cuatro títulos. Independiente lo contrató en 2008 y no duró mucho.
Argentinos Júniors lo puso de nuevo en candelero y Boca lo tentó. Apenas estuvo entre fines de mayo y principio de noviembre. Muchos nombres y apellidos importantes, el Xeneixe padeció siete derrotas en catorce partidos. Apenas cinco triunfos y además Juan Román Riquelme con rotura de ligamento rodilla derecha.
Su regreso a Chile como seleccionador lo destacó en el comienzo. Un conflicto con varios futbolistas de la selección «roja» debilitó al «Bichi» que no pudo -se dijo por entonces- resolver «el éxito que alcanzó su connacional Marcelo Bielsa» en etapa precedente.
Chile en plena eliminatoria llevaba cuatro victorias y cinco derrotas en el momento que debió dejar su lugar a otro connacional: Jorge Sampaoli, cercano a la «línea Bielsa» como alguien enrolado en el manual «de los tácticos”.
Nada es una línea recta. Menos en el universo de los entrenadores. Borghi se fue enojado. Muchas expectativas con la llegada de Juan Román Riquelme, la vuelta del «Lobo» Cristián Ledesma y Matías Caruzzo, otro hijo de La Paternal. No sin antes reconocer que los técnicos a veces «son esclavos de sus propios jugadores» en una sentencia de Roberto Rogel, ex defensor de Gimnasia y Esgrima, La Plata, Boca y la selección nacional en los ´60 y 70.