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El proyecto obtuvo 38 votos a favor y 28 en contra, más dos abstenciones, luego de más de diez horas de un debate que se inició antes de las 14 y que contó con más de treinta de oradores.
La nueva Ley de Hidrocarburos, que deberá ser discutida en Diputados para su sanción definitiva, habilitaría 35 años para los yacimientos no convencionales y 30 años para los desarrollos offshore en la plataforma marítima argentina, entre otros detalles.
Además, durante la jornada de hoy se introdujo un cambio al artículo 19 de la norma que establecen los porcentajes de hidrocarburos respecto de los cuales se aplicarán beneficios impositivos.
Será del 20 por ciento en el caso de la explotación convencional y no convencional, y del 60 por ciento en el caso de la explotación costa afuera.
En ese sentido, aclara que la explotación off shore es aquella en la cual la perforación de pozos sea realizada en “locaciones donde la distancia entre el lecho marino y la superficie, medida en la ubicación del pozo, en promedio entre la alta y la baja marea supere los 90 metros”.
El presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, el kirchnerista neuquino Marcelo Fuentes, denunció que «la independencia, la soberanía y el abastecimiento energético e hidrocarburífero del país está íntimamente vinculado al conflicto que hoy tenemos con los fondos buitres».
Además, instó a la oposición a que «se sincere y aclare a qué intereses representa» cuando cuestiona la aprobación de la iniciativa.
En cambio, el titular de la comisión de Minería, Energía y Combustibles, el neuquino Guillermo Pereyra, del Movimiento Popular Neuquino, opinó que la iniciativa “refleja improvisación” y está “enfocado a modificar los roles de las provincias”.
Pereyra también dijo que “las limitaciones que tienen las provincias para cobrar impuestos no se condicen con las facultades que les otorga la Constitución”.
El bonaerense Aníbal Fernández, como titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, elogió el proyecto de ley porque fue “fruto de un debate profundo”, mientras que destacó que “este gobierno no actúa de esa manera” al negar que el Ejecutivo Nacional haya presionado a los gobernadores para que firmen el acuerdo que dio origen a la iniciativa en debate.
“Queremos transformar la Ley de Hidrocarburos para llegar al autoabastecimiento energético”, resaltó Fernández, luego de afirmar que “este gobierno ha invertido 20 mil millones de dólares para agregar 8600 megawatts”.
El jefe del bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto, fustigó a los dirigentes de la oposición que criticaron la explotación de hidrocarburos a través de la fractura hidráulica, conocida como fracking al decir que tienen una “mirada muy limitada”.
“No quiero ofender a nadie, pero no existe ningún país que se desarrolle a nivel industrial si no tiene energía y combustibles”, pronosticó Pichetto, y precisó que “esta es la ley posible”.
En cambio, el titular de la bancada radical, Gerardo Morales, evaluó que “este proyecto es una búsqueda de inversiones y la única posibilidad de que lleguen es que el negocio de ganancias por demás para las petroleras”.
El peronista disidente Carlos Verna justificó su oposición a la Ley argumentando que “se trata de una norma hecha para YPF y escrita por YPF”.
“Y les recuerdo que YPF es nuestra en el 51 por ciento. El resto es de privados. Algunos de los cuales son fondos buitres”, fustigó el pampeano.
La representante del PRO, Gabriela Michetti, indicó que “no es esta la herramienta más adecuada para el objetivo que se intenta alcanzar”.
La senadora Lucila Crexell, del Movimiento Popular Neuquino, que se abstuvo igual que el radical Oscar Castillo, argumentó que aunque se trata de “una ley de enorme trascendencia”, se preguntó “por qué las provincias petroleras tienen un techo de regalías que nos condiciona al extraer la riqueza de nuestro subsuelo”.