.
Por Germán Celesia / El caso más claro puede encontrarse en el diario Clarín, que habla en la tapa de su edición de “tensión por la deuda y la marcha de la economía” y “derrumbe en la bolsa y los bonos en el debut de Vanoli”, y luego encomienda a su principal columnista económico, Marcelo Bonelli, un artículo donde se expresa de varias maneras el disgusto por el nombramiento del ex presidente de la Comisión Nacional de Valores, incluso apelando a palabras y frases insultantes.
Según Bonelli, la llegada de Vanoli fue resultado de “una pelea que quebró los códigos”, cuestión que sin embargo no es explicada en el artículo. El hombre de Clarín acusa a Vanoli, sin evidencia que lo acompañe, de “ex menemista” y a Axel Kicillof de “actos de corrupción” con la misma ausencia de sustento. Anticipa el uso del “garrote” por parte del nuevo presidente del BCRA como si fuera proclive a actuar fuera de la ley, lo trata de emparentar con el diplomático Guillermo Motreno, quien ya fue previamente desacreditado por la prensa, e insiste en la existencia de un “giro chavista” de la presidenta, también utilizando el recurso de eparentarla con un “demonio” previamente creado por la prensa hegemónica. El recurso sería por la “desesperación” que le adjudica a la Jefa de Estado.
Clarín se queja de que “la Presidenta buscará dejar a Vanoli en el BCRA hasta 2019”, cuestión que no le preocupaba cuando Juan Carlos Fábrega era el funcionario con mandato hasta esa fecha y de que el nuevo funcionario ejercerá el “poder de policía” para desactivar ilícitos, si los hubiera en el sector bancario.
Ezequiel Burgo, por su parte, coloca a la “economía al borde del precipicio”, sin miedo a seguir anunciando hecatombes sin que se hayan producido hasta el momento. “El descenso elegido por Kicillof con tal de enfriar la demanda de dólares será tan abrupto que la Argentina enfrenta una contracción comparada a la de 2001. La economía cae por un tobogán rumbo a un precipicio”, anticipa.
“Desconfianza y caída en los mercados por el cambio en el Central”, el por su parte el título principal de La Nación, que incluye el antónimo de la palabra “confianza”, típica de las políticas en favor de los mercados financieros de los 90. El diario habla de “crisis” por la baja de acciones y títulos en la bolsa y el mercado de valores e incluso Javier Blanco, sin fundamento alguno, alerta sobre la posibilidad de “otro intento de pesificación forzada”, al que pretende relacionar con el nuevo código civil y comercial y un afán “intervencionista” del gobierno.
El Matutino alerta además sobre los “fuertes rechazos de la oposición” al pliego de Vanoli, en lugar de poner el eje en la mayoría de parlamentarios que lo avalarían, y Martín Kanenguiser acusa: “El fracaso en el combate al dólar blue fue responsabilidad de kirchneristas”, como si desde el gobierno se permitiera ese tipo de transacciones fuera del mercado legal.
Según el diario El Cronista, “Cristina empezó a discutir con Kicillof cambios en el BCRA que conducirá Vanoli”, a quien también busca emparentar con Moreno, ese especie de “monstruo” creado por los medios para desprestigiar a otro actores políticos. “El nuevo titular del Central copió a Moreno: llamó para pedir feriado con el dólar liqui”, dice.
Ambito coloca u doble titular en su portada. Por una parte: “Bajaron el dólar bolsa, el blue y el contado con liqui”. Y por otro lado: “Aterrizó Vanoli en el BCRA: reuniones con Cristina y Kicillof”. Se destaca en este caso un afán mayor por informar que por establecer etiquetas sobre los funcionarios: esa es una estrategia en la cual se destaca especialmente Clarín.