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Por su parte, el gobierno de Sierra Leona, otro de los países afectados junto a Guinea Conarky, puso el jueves en cuarentena a tres provincias del país, en las que viven más de un millón de personas.
Según las autoridades sanitarias, durante los toque de queda se descubren casos de ébola que no se habrían identificado de no haberse aplicado esta medida por el miedo de muchas personas de acudir a los hospitales o por aquellos que se encuentran fallecidos en sus hogares.
Estudios recientes de la OMS alertaron que los casos de ébola podrían superar los 20.000 en cuestión de cinco a seis semanas si no se refuerzan de forma inmediata las medidas para controlar la epidemia.
En ese sentido, la organización con sede en Ginebra, Suiza, solicitó una mayor ayuda financiera y de personal sanitario por parte del resto de los países ante la falta de médicos, enfermeras y camas que hay en la zona del brote.
El papa Francisco instó el miércoles pasado a «que no falte la necesaria ayuda de la comunidad internacional», durante un llamamiento tras la audiencia general en la Plaza de San Pedro.